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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 330

entrevista El jefe del Cuartel General español de Despliegue Rápido de la OTAN conversa con militares de varios países en los ejercicios desarrollados recientemente en Polonia. —En 2014 se adiestró y fue evaluado como modelo de un cuartel general integrado en un nivel conjunto, capaz de mandar y controlar a una fuerza desplegable multinacional, de entidad división, en el planeamiento y ejecución de pequeñas operaciones conjuntas, incluso en ambiente asimétrico y complejo, tanto militar como civilmente, y con amenazas cibernéticas y NBQ. Este tipo de preparación se realiza sobre escenarios ficticios que nada tienen que ver con una zona real o con una amenaza concreta, por lo cual no nos preparamos para una situación específica, sino general. —La Cumbre de Varsovia supone el comienzo de una nueva etapa en la asociación entre la OTAN y la UE. El Cuartel General de Bétera, que ya ha actuado bajo esta doble dependencia, ¿puede convertirse en un modelo a seguir en las futuras fórmulas de cooperación? —Hemos demostrado que sabemos adaptarnos a los nuevos retos que se nos plantean. La clave de nuestro éxito ha sido precisamente esa gran capacidad de adaptación. Además, estamos familiarizados con las estructuras de la UE. Nos corresponde el año que viene proporcionar el Battle Group de la Unión Europea y activar la parte correspondiente del Cuartel General Operacional. Podemos ser muy útiles en el necesario intercambio de experiencias entre la UE y la OTAN. —¿Cuáles son sus planes de futuro? —Me propongo mantener el alto nivel conseguido y poder cumplir el compromiso contraído por España con la OTAN durante el presente año, así como explorar nuevas estructuras para ejercer el mando y control de manera más eficiente. —¿Qué enemigos tiene hoy la OTAN? —La OTAN es una organización defensiva que no tiene, como tal, enemigos declarados. Sí es cierto que existen situaciones de riesgo que podrían evolucionar y suponer una amenaza para las naciones adheridas al Tratado del Atlántico Norte. La estructura de disuasión que supone la eNRF atiende a los dos flancos, el este ante la crisis en Ucrania y el sur por el avance yihadista en el Sahel y norte de África. —¿Qué evolución prevé en este último conflicto? —El yihadismo no puede ser considerado como una amenaza militar clásica, pero exige una gran cooperación entre las naciones, especialmente en el campo de la inteligencia. Para la Alianza Atlántica es un componente más de la amenaza híbrida, que estará siempre presente, con diferentes intensidades, en el conflicto del futuro. Es un asunto complejo que requiere tiempo, recursos y una forma no convencional de abordar los conflictos. —¿Cree que la eNRF y la VJTF son instrumentos eficaces para combatir las amenazas híbridas? —La eNRF, y la VJTF como parte de ella, son estructuras optimizadas para el combate convencional, que es el caso más difícil. Una unidad militar perfectamente adiestrada en lo convencional está preparada para afrontar todo tipo de situaciones. La amenaza híbrida impone priorizar y adaptar capacidades que están presentes en la eNRF, por lo que podemos afirmar que ésta es una herramienta eficaz, una vez que se adapte a cada situación concreta. —El Cuartel General difunde periódicamente su labor a la sociedad civil valenciana, en particular a la comunidad escolar. ¿Les resulta difícil explicar su trabajo a quienes no son expertos? —Es cierto que los militares abusamos de las siglas y que, aunque tratamos de adaptarnos a la audiencia, no siempre resulta fácil explicar lo que hacemos y cómo lo hacemos. Funciona muy bien la integración de personal civil, y en especial de reservistas voluntarios, en nuestros cuarteles generales con ocasión de ejercicios y operaciones. Son indispensables para cubrir la necesidad que tenemos de conseguir el enfoque integral de las operaciones. Santiago F. del Vado Fotos: Pepe Díaz «La clave del éxito de Bétera reside en nuestra gran capacidad de adaptación», señala el teniente general Varela Julio/Agosto 2016 Revista Española de Defensa 17


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