Un miembro del equipo de zapadores paracaidistas vigila la toma de un CN-295 en el aeródromo de Alhama, donde el ministro de Defensa fue informado de sus cometidos antes de embarcar en el Castilla para entrevistarse con el mando táctico de la operación. proximidades de una de las dos casas donde los secuestradores retenían a parte de los civiles, separados en dos grupos, para dificultar la previsible operación de rescate. Los miembros de la unidad de la Fuerza de Guerra Naval Especial se infiltraron mediante un lanzamiento HALO —a gran altitud y baja apertura— en las inmediaciones del segundo objetivo donde los terroristas mantenían confinados al segundo grupo de rehenes. Por su parte, los zapadores paracaidistas se lanzaron al vacío mediante un salto en apertura manual sobre el aeródromo de Alhama, a donde sería trasladado el personal una vez liberado. Durante 48 horas, los boinas verdes realizaron un reconocimiento exhaustivo del terreno y de las instalaciones que debían ser asaltadas, así como un seguimiento ininterrumpido de los movimientos, hábitos y patrones de vida de los siete rehenes y los 15 terroristas, quienes contaban, entre sus medios de protección, con Sistemas de Defensa Aérea Portátil. La información obtenida fue analizada a bordo del Castilla, junto a la proporcionada por los drones de la unidad PASI —Plataforma Aérea Sensorizada de Inteligencia— del Ejército. Desde el Castilla partió la unidad de operaciones especiales de la Armada en La unidad de operaciones especiales de la Armada utilizó helicópteros SH3D Sea King como medio aéreo de infiltración para liberar uno de los dos grupos de rehenes. un SH3D Sea King para asaltar el objetivo asignado, mientras que desde Alcantarilla lo hizo el comando del Ejército de Tierra —en el que se integró un equipo cinológico de la Inspección General de Sanidad— en helicópteros de transporte Chinook y Cougar con la cobertura de los de ataque Tigre. Desde la base aérea murciana también partieron los Superpuma que trasladaron a los zapadores paracaidistas encargados de proteger la llegada en helicóptero al aeródromo de Alhama de los rehenes liberados y de su posterior extracción en un avión CN-295 a territorio nacional para su transferencia y entrega a las autoridades. Los resultados positivos del SOFEX 16 permitirán al MCOE alcanzar su capacidad operativa plena a finales de este año. En otoño, sus componentes tienen programado otro ejercicio, sin fuerzas reales pero de mayor complejidad que el ahora finalizado, para obtener su certificación como Mando Componente de Operaciones Especiales a nivel nacional, pero con la vista puesta en 2018, año en el que liderará la unidad homónima de la Fuerza de Respuesta Reforzada de la OTAN. Precisamente, el comandante del cuartel general de Operaciones Especiales aliado, teniente general Marshall B. Webb, participó en Madrid y Cartagena a finales de junio en unas jornadas de trabajo para conocer de primera mano cómo trabajan los boinas verdes de las Fuerzas Armadas españolas. J.L. Expósito Fotos: G. Pasamontes/MDE Julio/Agosto 2016 Revista Española de Defensa 45
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 330
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