Page 63

REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 330

infantería, embarcadas y realizando cometidos similares pero siempre con el matiz de permanencia frente a temporalidad. Esta es, por tanto, la mejor evidencia del origen del cuerpo de Infantería de Marina, la necesidad vislumbrada por Carlos I, y convertida en realidad por Felipe II, de tener unidades embarcadas en permanencia y que se materializó en la disposición de la Secretaría de Guerra de éste último, por la que se vinculaban permanentemente a la Real Armada con el nombre genérico de Infantería de la Armada. INFANTE DE ARMADA El pasado de Cervantes como infante de marina o infante de Armada es una realidad que convive con su pasado como infante español. Ambas son complementarias. De este modo, Don Miguel empezó a servir en el año 1570 en la compañía de Urbina, perteneciente al Tercio de Granada y participó en la batalla de Lepanto, todo este tiempo como infante español para, después de la batalla, quedar incorporado al Tercio de Don Lope de Figueroa, desde abril de 1572, sirviendo en él hasta que dejó la milicia, con interrupción del tiempo de su cautiverio en Argel. El Tercio de Don Lope de Figueroa, creado en 1566 y denominado entre otras acepciones como «Tercio de la Armada del Mar Océano», fue uno de los tercios que mandó crear Felipe II para asignar de manera permanente como guarnición de las galeras y galeones. Este tercio concurrió en la batalla de Lepanto, tenía organización marítima y estaba instruido en las maniobras navales y terrestres. Otros tercios que se crearon para incorporarse a la Armada fueron el Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles, el Tercio de Galeras de Sicilia, y más adelante, en 1571, el Tercio Viejo del Mar Océano y de Infantería Napolitana. Fijada la antigüedad del cuerpo en 1537 es perfectamente asumible que Cervantes sirviera casi cuarenta años después en un tercio de la Armada encuadrado de forma permanente en la misma. En IV CENTENARIO definitiva, Cervantes fue durante toda su trayectoria militar un infante de la mar que, a partir de 1572, pasó a ser un infante de marina, anteriormente denominado también de Armada, fruto del proceso de desarrollo de la Infantería de Marina. CONCLUSIONES Cervantes fue un soldado de la mar que participó en la mayor parte de las campañas y batallas coetáneas a su larga trayectoria militar. Su relación con la mar y la Armada es fruto del escenario de la época y de la importancia de la mar para la España de entonces que continúa plenamente vigente en la actualidad. La antigüedad del cuerpo de Infantería de Marina se enmarca en este periodo de nuestra historia en la que España administraba un vasto imperio con enormes riquezas pero también amenazas y conflictos con otras potencias que requerían de fuerzas especializadas en ese ambiente. La mar, por tanto, se convertía en un medio indispensable para mantener los territorios de ultramar y facilitar el intercambio comercial. La condición marítima de España, que en la actualidad nos vemos obligados a difundir en todos los foros, estaba totalmente interiorizada en la sociedad del siglo XVI. El pasado militar de Cervantes se divide en dos Grabado del Museo Naval grandes etapas pero siempre combatiendo en y desde la mar embarcado en galeras y galeones. La primera, como infante español para, posteriormente, hacerlo como infante de marina, infante de la Armada y, en todo caso, infante de la mar. Cervantes fue protagonista de la transición lógica de los embarques temporales de los tercios a su encuadramiento definitivo en la Armada buscando su máxima eficacia en combate. Cervantes fue infante español e infante de marina pero, ante todo, un militar que vivió en primera persona los hechos y acciones de su época. Todas las verdades pueden coexistir en este soldado de la mar del que debemos sentirnos legítimamente orgullosos. L Julio/Agosto 2016 Revista Española de Defensa 63


REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 330
To see the actual publication please follow the link above