SOBRE LA POLÉMICA DE LA NUEVA GUERRA FRÍA Guillermo Pulido Pulido. Graduado en Ciencias Políticas y Administración por la UNED 6 REVISTA EJÉRCITO • N. 909 DICIEMBRE • 2016 pero tampoco paz. Fue lo que pasó en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, donde el conflicto por el dominio del continente, en vez de resolverse diplomáticamente o mediante la «tercera guerra mundial», quedó congelado allí donde llegaron los carros de combate de cada bando. Ejemplos de conflictos congelados podemos verlos actualmente en Moldavia, el Nagorno Karabaj (antes de que se volviera a recrudecer en abril de 2016) y la península de Corea (que puede considerarse una especie de guerra fría en miniatura). Cuando la Unión Soviética, en la época de Mijail Gorbachov, decidió retirar sus Fuerzas Armadas del este de Europa y dejar de controlar con mano de hierro los regímenes de su esfera de influencia, el conflicto congelado que se inició al fin de la Segunda Guerra Mundial se descongeló y la Guerra Fría acabó. Que un conflicto quede en situación de congelación no es el único aspecto definidor de lo que conformó el enfrentamiento entre Occidente y la URSS durante la segunda mitad del siglo XX. John Gaddis, en su libro The Long Peace2, nos da una definición detallada y canónica de la Guerra Fría: fue un conflicto bipolar; los alineamientos políticos y la formación de alianzas no se dirimían bajo los principios del libre equilibrio de poder, sino de la estricta y encorsetada política de bloques; la amenaza de guerra nuclear jugó un papel fundamental para que el conflicto se mantuviera congelado y los actores se comportaran precavidamente, por temor a que un error de cálculo provocase una mutua destrucción masiva; complementando lo anterior, la Guerra Fría tuvo unas «reglas» Ante la creciente escalada de tensión entre la OTAN y Rusia, mucho se está hablando del concepto de «nueva guerra fría»: mientras algunos critican el término por su carencia de rigor histórico y conceptual, otros lo apoyan porque dicen que vuelve a haber conflictividad hostil entre Occidente y Rusia. Visto de ese modo, las dos corrientes de opinión aciertan y se equivocan al mismo tiempo. Para los que se oponen al término, es evidente que la situación estratégica mundial y del conflicto Occidente-Rusia no se parece en casi nada a la Guerra Fría, por lo que hablar de «nueva guerra fría» es un abuso de la historia. Pero los que lo defienden esgrimen el argumento de que ahora vuelve a haber un conflicto hostil entre Rusia y la OTAN, hostilidad que estuvo ausente durante los años noventa y buena parte de la primera década de los 2000. Para tratar de dilucidar en qué grado acierta cada una de estas corrientes de opinión, en este artículo se hará una comparativa analítica entre la Guerra Fría y la actual coyuntura internacional. ¿QUÉ ES UNA GUERRA FRÍA? DIFERENCIAS ENTRE LA VIEJA Y LA NUEVA Algunos autores retrotraen el concepto de «guerra fría» al siglo XIV1, cuando el escritor español Juan Manuel escribió lo siguiente: «La guerra que es fiera o muy caliente termina con la muerte o la paz, mientras que una guerra fría no aporta ni la paz ni el honor a aquellos que en ella participan». De ello se deduce que una guerra fría es todo conflicto que queda congelado en vez de resolverse por la vía de la negociación política o por la vía de las armas: no hay guerra,
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 909
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