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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 135

to de Cádiz. Como había ocurrido con todos los ensayos efectuados hasta entonces, los comisionados quedaron unánimemente satisfechos, según expresan los telegramas dirigidos al Gobierno al término de la prueba. Tal satisfacción no era de extrañar. Peral había patentado un sumergible capaz de conservar la horizontalidad gracias a un aparato que funcionaba automáticamente tan pronto como detectaba el más leve desequilibrio; de sumergirse y de emerger a cualquier profundidad, con rapidez o lentitud, en marcha o parado; cuya aguja magnética no sufría alteraciones; en cuyo interior se respiraba un aire suficiente y en estado tan químicamente puro como fuera de él, y dotado de una torre óptica que permitía ver, incluso en inmersión, todos JUAN ANTONIO GÓMEZ VIZCAÍNO Isaac Peral los objetos exteriores proyectados sobre el plano de observación, facilitando así la apreciación de distancias y el seguimiento exacto de los movimientos de los buques. Del mérito de lo conseguido da elocuente testimonio la leyenda que figura en el sable con que S.M. la Reina premió al teniente Peral y que había pertenecido al rey Alfonso XII, así como la Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo con que se le distinguió y que a partir de entonces luciría en el pecho. Sin embargo, poco tiempo después las tornas mudarían y, como consecuencia de sus divergencias con el Consejo Superior de Marina en cuanto a la continuación del proyecto, se verá obligado a pedir la licencia absoluta de la Marina de Guerra. Demos ahora un salto en el tiempo. Han pasado algunos años, y el colectivo naval, todavía no repuesto del trágico naufragio del crucero Reina Regente, recibe la noticia de que Peral marchaba a Berlín «al objeto de ponerse en cura del tumor que sufre en la cabeza, y a consecuencia del cual ha perdido un ojo», según rezaba un escueto comunicado. Pese a los sombríos pronósticos, la buena nueva de que la operación había sido resuelta satisfactoriamente por el doctor Bergman suscitó en sus familiares una tenue esperanza. Pero todo fue un espejismo, y poco tiempo después le llegará la muerte. La prensa acoge la noticia manifestando el sentimiento general de pesar que invade al país, y en especial a su tierra natal, y ofreciendo algunas notas relativas a sus últimos años de vida: «Como todas las imaginaciones superiores, se halló siempre dominado por una idea; bien claro lo demostró con sus primeros esfuerzos para hacer de nuestra nación 10 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 135


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