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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 135

JUAN ANTONIO GÓMEZ VIZCAÍNO Armada y destinado a la intervención del departamento en Cádiz, cuerpo en el que proseguirá su carrera y donde alcanzará el empleo de contador de navío de 1.ª clase el 14 de abril de 1892. Encontrándose destinado en el apostadero de Filipinas, el 8 de mayo de 1896 dirige una instancia al ministro de Marina en la que dice ser «autor de un aparato que no solo puede prestar a la Marina de guerra buenos y diversos servicios a cambio de un gasto relativamente insignificante, sino que, en casos extremos, sirve preparándole convenientemente, para realizar la destrucción de una escuadra, volándola en un instante previamente determinado, sin que se aperciba de su peligro». y añade que se encuentra dispuesto a pasar a Madrid a fin de exponer las razones de la conveniencia de adoptar dicho aparato, para lo que solicita los auxilios económicos necesarios, al carecer de bienes de fortuna. La Dirección de Material evacuó el preceptivo informe el mes siguiente, informe que obtuvo la conformidad del ministro, quien en su respuesta a la petición dice no advertir la «necesidad el regreso del jefe mencionado para dar a conocer el aparato de que es inventor, puesto que sólo se trata de ver si es conveniente o no para la Marina», ya que debe bastar prevenir «al Comandante General del Apostadero de Filipinas que nombre una comisión que estudie los datos que quiera facilitar el inventor y en vista de ellos se informe a este Ministerio». Desconocemos si esta comisión llegó a constituirse o si el asunto se resolvió finalmente. Lo cierto es que Ristori continuó destinado en la comisaría de acopios del arsenal de Cavite hasta el 30 de enero de 1898, cuando embarcó para la Península. A su arribo a Barcelona, imposibilitado de continuar viaje, solicita dos meses de licencia por enfermedad —que le son concedidos por real orden de 18 de marzo—, para quedar, a partir del 1 de junio, en expectativa de destino. En esta situación permanecerá hasta que, por real orden de 22 de julio, se le nombre comisario interventor de la provincia de Barcelona, cargó del que tomó posesión el 14 de septiembre y que ejerció hasta el 27 de enero del año siguiente, en que cesó para trasladarse en comisión al arsenal de Cartagena, cumplimentando lo dispuesto en la citada real orden de 18 de julio del año antecedente. Ristori se presentó en Cartagena el 9 de febrero (2). ¿Qué había ocurrido en el lapso entre su llegada a Barcelona y su arribada a Cartagena? Pues que el señor Ristori, al igual que había hecho en 1896 durante su paso por el apostadero de Filipinas, después de su arribo a Barcelona dirigió una instancia al ministro de Marina «en súplica de que le sea admitida la oferta que hace al Estado de un aparato submarino de su invención para batir a los buques enemigos mediante ciertas condiciones». La autoridad que con fecha de 30 de abril dio curso al escrito añade que, «después de haber conferenciado con el recurrente, considero conveniente se acepte su ofrecimiento facilitándole los medios para construir uno de dichos (2) Archivo-Museo Don Álvaro de Bazán, sección Cuerpo del Ministerio, leg. 3268/233. 14 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 135


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