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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 135

PRESENCIA VASCA EN LA ARMADA ESPAÑOLA (III) Tanto agradó a los mandos que, en 1605, es nombrado jefe interino de la Escuadra de Vizcaya, a sus escasos veintiocho años. Tras protagonizar excelentes acciones en el Cantábrico, en 1607 se le asigna en propiedad el mando esta poderosa escuadra. Más tarde, Oquendo volvía a demostrar su valía ocupando diversos cargos en la Escuadra de la Guarda del Estrecho, cuya función era escoltar a las flotas de Indias que, provenientes de las Azores, se dirigían a la Península. Fue esta etapa un tiempo recio a lo largo del cual sus capitanas sufrieron muchos daños e, incluso, tuvo que superar una varada (12). Durante esta época llegó a cartearse personalmente con el rey Felipe III. En 1611, con el beneplácito real, su carrera se consolida al ser nombrado capitán general de la Flota de Nueva España. Zarpa la flota en el verano de 1611, y al año siguiente, la Flota de Indias, juntamente con la Escuadra de Tierra Firme, parte del Caribe en pos de la ruta de las Azores. La fecundidad de este viaje hizo famoso a Oquendo, que trazó nuevas derrotas para eludir temporales y amenazas piráticas, muy frecuentes en aguas caribeñas. En 1613, la Casa de Contratación volvió a escogerle para comandar la flota de aquel año. Tras su vuelta, se ve envuelto en una querella burocrática de la Casa de Contratación, pero es absuelto debido a su impecable administración. Una vez en Cádiz, es nombrado caballero de la Orden de Santiago, pero la Casa reabrió el proceso contra él y sus subordinados, acusándolo de haber perdido dos centenares de efectivos de la gente de mar y guerra, de consentir juegos de naipes y de haber acortado raciones. La situación se zanja con una multa de 68.000 maravedíes, que Oquendo deberá pagar. Tras este incidente, abandonó los negocios de la Casa y, volviendo a la Armada, recibió orden de hacerse cargo de la expedición de socorro a Filipinas, compuesta por 8 galeones, 2 carabelas, 1 patache y 1.600 hombres. Sin embargo, graves problemas de salud le impedirán hacerse cargo de la misión (13). En 1617 vuelve a la Escuadra de Guarda del Estrecho, donde sobresaldrá de nuevo por su actividad incesante neutralizando corsarios, a alguno de los cuales capturará y llevará como botín a Cádiz. Poco después pasa a la Escuadra de Cantabria, compuesta a su vez por la de las Cuatro Villas, la de Vizcaya y la de Guipúzcoa, recibiendo el mando de esta última, compuesta por nueve galeones y dos pataches. En 1619, el almirante de la Armada del Mar Océano es desposeído de su cargo y encarcelado por motivos políticos. Ofrecida la vacante a Oquendo, este la rehúsa en solidaridad con su compañero, lo que conllevará su encarcelamiento en el castillo de Fuenterrabía. Oquendo logra que le sea concedido el cuarto grado, debido a la enfermedad de su esposa, y más tarde se le conmuta la pena por el confinamiento en el convento dominico de San Telmo, en San Sebastián, donde solo debía pernoctar. Es durante este tiempo (1620-1621) (12) GRACIA RIVAS: art. cit. (13) Itsas aurrean. Año 2016 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 35


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