TEMAS GENERALES Epílogo Desde los primeros días de mi llegada a Rota para hacer el Curso de Piloto de Helicópteros, en los años tempranos de la década de los 80, pude percibir en el ambiente una cierta hostilidad institucional hacia el EA, sin que nadie fuera capaz de exponer con claridad los motivos, más allá de la obstinación de este en impedir tiempo atrás que la Armada volara aviones de ala fija, alimentada en parte por cierta actitud de la Marina no demasiado académica en la forma de adquirir las primeras avionetas. Dado que pilotaba un helicóptero antisubmarino, las relaciones con el personal del EA destinado en los aviones de patrulla marítima del Ala 22 de Jerez eran muy habituales, y todos los oficiales con quienes me relacioné resultaron ser excelentes profesionales, grandes personas y magníficos compañeros, lo que hacía más molesto ese hálito invisible que se interponía entre nosotros. Más adelante, tuve idéntica percepción en los destinos conjuntos que ocupé a lo largo de mi carrera y en los que me tocó trabajar codo con codo con oficiales y suboficiales del EA. Este artículo es la historia de una sinrazón en la que quizás ninguna de las partes dio lo mejor de sí. Hora es de mirar hacia adelante y olvidar viejas rencillas. Dedicado con cariño a mi tío, el coronel del Ejército del Aire José «Pipo» Ayuso Gallardo, que me enseñó a querer al Ejército hermano como si fuera el propio. BIBLIOGRAFÍA DE LA GUARDIA, Rafael: Crónica de la Aeronáutica Naval. Archivo personal del capitán de navío Miguel López Nuche. Internet. 46 Enero-feb.
REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2017
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