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El oficio evidencia que se había recibido la luz verde para proceder al desarrollo del INTA-20 y que José Ortiz-Echagüe y Felipe Lafita habían negociado sobre él aparentemente al margen del Patronato, pues en las actas de sus reuniones no hay mención alguna a esos hechos. Era la oportunidad idónea para formar la Oficina de Proyectos de CASA. La redacción del acta de la reunión del Consejo de Administración del 23 de febrero de 1946 también lo denota: “La Dirección dio cuenta de la situación en que se encontraban las negociaciones para el establecimiento de una oficina para el estudio de prototipos y su propósito de orientar el establecimiento de este trabajo en los talleres del Puente de Toledo, procurando montarla con elementos procedentes de la organización similar del INTA.” Los aludidos talleres del Puente de Toledo no eran sino la hoy desaparecida factoría de Madrid que se ubicó en el triángulo conformado por el Paseo de las Acacias, la calle de Toledo y la vía del ferrocarril de enlace entre las estaciones de Atocha y Príncipe Pío, hoy convertida en línea de cercanías y soterrada. Se trataba de unas instalaciones adquiridas a la empresa Maquinaria de Precisión para Industrias Navales, SA, en 5.088.440 pta. mediante escritura pública firmada el 14 de marzo de 1946. En ese mes de marzo las negociaciones culminaron en una reunión presidida por Francisco Lozano Aguirre, director de la factoría de Sevilla, donde por parte de CASA participaron Eugenio Aguirre Castillo, subdirector de la factoría de Getafe, y Ricardo Valle Benítez, de la Oficina Técnica de la factoría de Sevilla. La Sección de Estudios de Aeronaves del INTA estuvo representada por Pedro Huarte-Mendicoa. En aquella reunión, cuya fecha exacta no es conocida, se instauró por fin la Oficina de Proyectos de CASA según describió el acta de la reunión del Consejo de Administración del 27 de marzo. Sería una simbiosis, en la que CASA aportaría su experiencia en la fabricación de aviones metálicos y el INTA su experiencia en la creación de proyectos de aviones, a partir de la cual se definiría una gama de bimotores con motores de fabricación nacional. La mencionada acta también reseñaba que: “... Se han comenzado las entrevistas con el Ministerio del Aire preliminares para el contrato para el trabajo de prototipos, con la intención de ir a un plan de recibir los pagos en función de lo realmente invertido empleando solo el sistema a tanto alzado, como un avance del conocimiento de la importancia del contrato y que ello sirva para efectuar el pago de los primeros plazos.” El propio José Ortiz-Echagüe informó sobre el acuerdo entre CASA y el INTA en la vigesimosegunda reunión del Patronato del 9 de abril de 1946, en cuya acta su intervención se reflejó como sigue: “... Esta industria, dice, lleva más de veinte años dedicada a la construcción de aviones metálicos y parece lógico que al modificar el INTA su primitiva orientación de proyectar él mismo los prototipos, se aproveche su ofrecimiento para proyectar y fabricar el primer prototipo bimotor metálico que se pretende desarrollar. Aporta, añade, para esta labor una gran experiencia industrial en construcciones metálicas de esta clase que, a su juicio, no se debe desdeñar, y una oficina técnica con talleres adjuntos, instalada en Madrid en un nuevo inmueble adquirido recientemente con este objeto. Quiere expresar con este motivo su agradecimiento por la ayuda eficaz comenzada a prestar para este fin, al permitir que algunos técnicos de la Oficina de Estudios del INTA presten su colaboración en esta Oficina de Proyectos de la sociedad que regenta, orientación que permitirá en plazo breve presentar al Ministerio del Aire un anteproyecto de bimotor metálico de transporte medio que satisfaga las condiciones que pueden exigirse a un avión de esta clase. Desea a continuación hacer constar que Construcciones Aeronáuticas, SA, consagrada principalmente hasta la fecha a su organización y desarrollo industrial, no ha realizado aún labor importante en materia de prototipos; la creación reciente de su Oficina de Proyectos en Madrid es una prueba de la atención que en lo sucesivo está dispuesta a prestar a este importante tema, reiterando su ofrecimiento para colaborar en cualquier iniciativa de esta clase.” Esta vigesimosegunda reunión del Patronato se había convertido tras su apertura por Esteban Terradas en un debate sobre el Plan de Trabajos del INTA para 1946 presentado por Felipe Lafita en la sesión precedente. La intervención de Ortiz Echagüe había sido la primera, en la que ya había aludido a la existencia de un cambio en el tratamiento de los prototipos por el INTA. Hablaría después el general Fernández-Longoria que, dentro de una amplia exposición, apuntó la necesidad de fomentar la iniciativa de las industrias para que tendieran constantemente a mejorar su labor planteándose sus problemas e inquietudes. El general Fernández- Longoria apostilló que la misión del INTA debía ser ofrecer a la industria todo el apoyo técnico posible en ese sentido y, respondiendo después a la opinión expresada por Felipe Lafita en el sentido de que la Sección de Estudios de Aeronaves del INTA debía seguir proyectando prototipos porque las industrias no estaban en condiciones de acometer esa labor, se reafirmó en su criterio de que proyecto y producción deberían ser responsabilidad de estas con el apoyo técnico y el estímulo, incluso económico, del INTA. 94 El segundo prototipo C-201 Alcotán, indicativo 94•32, matrícula militar XT.5-2 (ex EC-AER), en el Escuadrón de Experimentación en Vuelo afecto al INTA en agosto de 1953. Archivo Histórico del Ejército del Aire


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