Reportaje Central<< Todos los que estábamos allí nos sentíamos representantes de toda una legión de hombres y mujeres. Primeramente de nuestros caídos, de los que se fueron y nunca terminaron de marcharse, y fi nalmente de los que siguen en las fi las de nuestra Legión. Todas esas sombras con inmensa luz nos acompañarían y ayudarían a poner nuestros guiones, de nuevo, en sus nuevas alabardas, como ya hiciéramos al regreso de la Agrupación Canarias, en el año 1993, al recibir de manos de D. Juan Carlos cinco de sus alabardas. Las palabras de nuestro General eran pronunciadas por un hombre solo pero gritadas por todos. Nuestro agradecimiento y compromiso con la Corona fueron expresados con las palabras necesarias a alguien que era consciente de todo ello, mucho antes de que empezáramos a hablar. S.M, ante nuestras inquietudes y peticiones, nos devolvió la moneda del compromiso, con todos los militares, con nuestra Unidad y, particularmente con nuestro centenario, ese largo camino que arrancó con el anhelo de que nuestro Rey nos acompañe a lo largo de él. Su disposición a ello fue sin duda la culminación de todas las expectativas que la delegación puso, en nombre de muchos. A la vuelta, cientos de kilómetros nos separaban de nuestras ciudades legionarias: Almería, Melilla, Ceuta y Ronda. Nuestra alegría haría, de ese largo retorno, un mero instante. Iniciamos nuestro camino, ese camino hacia el centenario, con nuestros guiones ondeando sobre sus nuevas alabardas, por otros cien años más. 538 · I-2017 33 La Legión
LA LEGION 538
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