Page 52

REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

GUADALUPE, 1496: UN ASALTO ANFIBIO PIONERO Y SU ECO EN LA CARTA A... entre 36 y 40 bajas), y entre eso y el estruendo de las descargas, todos los demás salieron huyendo hacia tierra. Los asaltantes hicieron una pausa para deliberar («nostro consiglio») y acordaron desembarcar y combatir. La cifra de soldados desembarcados varía entre las dos versiones de la Lettera (cuarenta y dos atendiendo a la impresa y sesenta según la manuscrita). Ya en tierra trabaron combate con los indígenas, contra quienes lucharon cerca de una hora pero con poco éxito, ya que no conseguían acercarse lo suficiente para asestarles golpes de lanza o espada. Solo pudieron causar bajas al enemigo los soldados que disparaban con ballesta o espingarda ―un arma de fuego individual de cañón alargado―. Los indígenas también hirieron a algunos cristianos. Finalmente, los cristianos lograron aproximarse hasta llegar al combate cuerpo a cuerpo, y ahí sus armas y protecciones de metal por fin resultaron decisivas. Los indígenas huyeron por montes y bosques, dejando muchos muertos y heridos en el campo de batalla. Llegados a este punto ―dice la Lettera―, los asaltantes, visiblemente cansados, renunciaron a lanzar una persecución y retornaron a sus naves. Los indios que acompañaban a los cristianos sobrevivieron todos y no cabían en sí de gozo al haber logrado derrotar a sus acérrimos enemigos. Dos versiones de una misma batalla Las coincidencias entre el asalto anfibio narrado en la Lettera y la operación de Colón en Guadalupe son numerosas. En ambos casos los castellanos parten con indios aliados hacia unas islas donde habitan tribus enemigas a las que acusan de practicar la antropofagia; en ambos casos preparan lanchas bien armadas, en las que embarcan algunos indios como intérpretes; en ambos casos, en fin, los habitantes de la isla reciben a los cristianos a flechazos, contándose mujeres entre los arqueros. La artillería castellana mata a algunos indígenas y asusta a los demás, que huyen. Los castellanos consiguen desembarcar y, tanto según la Lettera como de acuerdo con Hernando Colón, luchan en tierra con los indígenas y, tras el encuentro, quedan dueños del campo de batalla. El uso de bombardas a bordo de las lanchas de desembarco descrito en la Lettera no se menciona explícitamente en los relatos de Las Casas o de don Hernando, pero concuerda plenamente tanto con la versión de Antonio de Herrera como con lo narrado por Michele Cuneo sobre la batalla de Jamaica de 1494. En fin, otras similitudes más circunstanciales son que la isla de los antropófagos está a una distancia considerable hacia el este respecto a la isla donde viven los indios aliados; que los castellanos tardan una o dos semanas en arribar allí según la Lettera ―frente a los dieciocho días del relato colombino―, o que el archipiélago avistado incluye algunas islas desiertas, lo cual recuerda a la despoblada Marigalante, vecina de Guadalupe. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 51


REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137
To see the actual publication please follow the link above