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REVISTA GENERAL DE MARINA JUN 2017

TEMAS GENERALES varias manufacturas reales, Ezcaray y Talavera— la obligaba a manifestar claramente sus beneficios. No obstante, la compañía vivió entonces su última época de esplendor, con manufacturas de seda en Talavera, Valencia y Murcia, o de paños en Ezcaray y Cuenca, de sombreros en San Fernando y de estampados en Barcelona. El comercio directo con Filipinas dio lugar a la constitución de la Compañía de Filipinas. Ante la decadencia de las compañías de Caracas y de La Habana y el sesgo anacrónico que tenían muchas de las operaciones de los Cinco Gremios, Cabarrús obtuvo licencia de Carlos III para que se fundara la nueva entidad, con un capital de 160 millones de reales y el privilegio de comerciar en exclusiva con aquel archipiélago. Suscribieron las acciones el monarca —60 millones—, el Banco de San Carlos —21 millones— y otras corporaciones, entre las cuales la Compañía General de Comercio suscribió tres millones. Como en el proyecto de 1753 la base del negocio consistía en la exportación a China de plata mexicana y en la venta a América de muselinas orientales, la empresa no estaba mal enfocada, pero la hundieron tanto las guerras de la época napoleónica como la prodigalidad con que el Estado había determinado los gastos fijos de la compañía. 866 Junio


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