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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 865

Hace 80 años Tragedia 14 agosto 1937 El pasado día 26, cumplía el Junkers 52 (22-64) un servicio de bombardeo. en las inmediaciones de Valdemorillo, al NW de Madrid, cuando sus compañeros de formación vieron con horror como explotaba, desintegrándose en el aire. Se supuso que había sido alcanzado por un certero y directo impacto de la artillería antiaérea. En él, hallaron la muerte el comandante Andrés del Val, el capitán Cándido Pardo Pimentel, los tenientes Félix Álvarez Pardo y Eloy Becedas; el sargento mecánico Mario Ginés y el guardia civil radiotelegrafista Juan Hitos. No habían pasado veinte días, cuando al inicio de la ofensiva a Santander en apoyo a las tropas de Solchaga, sin reacción antiaérea, ni caza enemiga, otro Junkers 52, el (22-51) Hace 90 años Honores Monforte de Lemos (Lugo) 20 julio 1927 Como ya saben nuestros lectores (R de A y A. 7-8/2002), cuando anteayer el coman-dante Joaquín Lóriga Taboada (31) probaba en Cuatro Vientos una avioneta francesa “Albert” (F-AHDY) que había llegado la víspera, un fatal accidente le costó la vida. Esta mañana, precedido por las emocionantes evoluciones de la escuadrilla, que desde Madrid le escolta, pasó por la estación el cadáver del malogrado aviador, al que presentaron sus respetos; el alcalde, las autoridades militares de esta guarnición y una gran muchedumbre. Abierto el furgón mortuorio, se rezó un solemne responso. Luego, un gran gentío, deseoso de rendirle un póstumo homenaje, desfiló ante el féretro; un grupo de señoritas arrojó flores sobre el mismo depositando hermosas coronas, y muchas personas se detuvieron para orar. El momento de arrancar el tren, fue de intensísima emoción, pues el padre de la víctima se asomó a la ventanilla del coche, para saludar agradecido a la multitud que abarrotaba la estación. Retirados los aviones, a las doce sobrevolaba nuestra ciudad la escuadrilla de Burgos que, en adelante, acompañará a la comitiva. explotaba en vuelo, a la altura Reinosa, perdiendo la vida su tripulación, compuesta por los tenientes Julio Ercilla y José Iñíguez; los alféreces José Montel y José L. Larrazabal y el sargento mecánico Juan Pérez. El posterior episodio del mecánico José Mª Guereta con una bomba enganchada, y la tenaz investigación del ingeniero Jacinto Ruiz Ayllón, le llevaron a descubrir que la espoleta eléctrica de que estaban dotadas, se activaba al comenzar el recorrido de descenso de la bomba, sin que hubiera certeza de que dicha bomba terminara de salir del lanzador Nota de El Vigía: Como venía siendo costumbre, en recuerdo de los tripulantes de ambos trimotores, sendos aviones serían bautizados “Brunete” y “Reinosa” lugares geográficos donde cayeron. Hace 80 años Batalla Julio–agosto 1937 La aviación, tanto Gubernamental como Nacionalista, ha llevado a cabo en Brunete el primer enfrentamiento en masa. Así lo vio Archille Beltrame, en la portada del semanal italiano Dominica del Corriere. Hace 80 años Valiente Zaragoza 25 agosto 1937 Las “Pavas”, como son popularmente conocidos los alialtos monomotores Heinkel 46, se habían constituido en Grupo –el 3-G-11– al mando del comandante José Pérez Pardo, que hoy fue requerido para un servicio de reconocimiento y bombardeo a Villamayor. Misión un tanto peliaguda, habida cuenta la superioridad aérea enemiga ; así y todo –como escribía Jesús Salas– Las indefensas “Pavas” no volvieron la cara y cumplieron valientemente con un ingrato deber; ello les costó el derribo de su jefe y el observador, alférez Vicente Buzón Ruiz, quien falleció en el acto; aquél, gravemente herido, murió en el hospital de Fraga, después de haber sido interrogado por el jefe de Fuerzas Aéreas de la República, Ignacio Hidalgo de Cisneros, de quien había sido observador en la guerra de Marruecos y con el que durante años, había tenido una gran amistad. Nota de El Vigía: Pérez Pardo era el mayor de “Los Piquitos”, como se conocía a los tres hermanos aviadores, y en 1940, a título póstumo, le fue concedido el empleo a teniente coronel. Hace 70 años Carrerón Buenos Aires 21 agosto 1947 La llegada al aeropuerto de esta ciudad del DC-4 de Iberia, procedente de Madrid, ha tenido una motivación muy especial. Todos los empleados de la Compañía y muchos amigos, subieron a bordo, a cabina, puesto que el comandante Fernando Rein Loring en pleno Atlántico (12º 26 m. N y 23º 4m O) había alcanzado las 10.000 horas de vuelo. Las felicitaciones se sucedían y el dicho: ¡es un fenómeno! se repetía; a veces, terminado con el tan típico “che” argentino; y no exageraban. A los 21 años (1923) ingresó como aprendiz de mecánico en la Compa- REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2017 651


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