EDITORIAL Una amenaza GLOBAL Los terribles atentados del 17 y el 18 de agosto en Cataluña han sacudido a una sociedad que aún recuerda con dolor los ataques yihadistas de hace trece años en Madrid. Esta vez el terrorismo ha escogido Barcelona, una ciudad que recibe el afecto y la visita de millones de personas de todo del mundo y que representa el espíritu de espacio abierto y plural que el radicalismo trata precisamente de cercenar. Ha elegido, además, España, país que desde el 11-M de 2004 combate enérgicamente y sin tregua al yihadismo; y Europa, convertida en los últimos años en línea del frente para un islamismo extremista que intenta acabar con sus valores y altera la convivencia y la vida democrática. Ante una amenaza que es global contra todo el mundo civilizado, la respuesta debe ser cada vez más unida e integrada. Es preciso no escatimar ningún esfuerzo material, humano e institucional para abordar este reto entre las distintas administraciones y fuerzas de seguridad del Estado. Entre ellas se encuentran las Fuerzas Armadas, que en distintos lugares del mundo combaten al yihadismo y a sus efectos, como el del tráfico ilícito de personas en el Mediterráneo, a través de la operación Sophia, en la que España asumió el mando el pasado 31 de agosto. La recuperación de la ciudad iraquí de Mosul, de la que se informa en el presente número, es una buena muestra de ello. A esta victoria ha contribuido decisivamente la Coalición Internacional contra el Daesh, a la que España pertenece. Nuestros militares han adiestrado a miles de soldados, encuadrados en brigadas ligeras y acorazadas y en fuerzas de operaciones especiales que han jugado un papel fundamental en la liberación de varias localidades, entre ellas la de Mosul, cuya conquista constituye un paso muy relevante para privar a la organización terrorista de bases seguras. Arrebatar territorios al Daesh supone reducir notablemente su capacidad militar, sus rutas de reclutamiento y sus vías de financiación. El califato de destrucción, horror y muerte proclamado en junio de 2014 por Al Bagdadi en Siria e Irak se está desmoronando, y ello conlleva la victoria de los valores de las sociedades democráticas que respetan los derechos humanos frente a la barbarie yihadista. Hoy la victoria es en Mosul, pero el Daesh conserva intacta su capacidad para convertir en suicidas y radicalizar a sus seguidores, como lo han reflejado los atentados de Barcelona y Cambrils. Su erradicación es un proceso prolongado y difícil, y nuestras Fuerzas Armadas seguirán trabajando en ello. RED Septiembre 2017 Revista Española de Defensa 5
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 342
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