cultura hasta la actualidad a través de más de 90 piezas entre fondos propios y cedidos en depósito por los museos del Ejército (Toledo) e Histórico Militar de Figueras (Gerona), así como por alguna colección particular. Además, esta colección presenta armas foráneas y algunas curiosidades, como su uso por ciclistas para defenderse de los perros sueltos y otro tipo de animales. Cuenta también con un juego interactivo que relaciona algunas de ellas con sus personajes de referencia. En mayo, asimismo, ha estrenado nueva imagen el Museo Naval de Sevilla, con sede en la Torre del Oro, emblemático monumento de la capital hispalense de ocho centurias de existencia. HISTORIA Y FUTURO Su actualización prima el fin didáctico a la hora de exponer su colección permanente, que ha sido reorganizada y ampliada con nuevos fondos y el área la Armada española. La idea que guía el actual recorrido es ofrecer una mayor claridad en los temas tratados para hacer más cercana la visita a todos los públicos. Inmueble y colección permiten a todos ellos viajar por ocho siglos de Historia hasta llegar a la actualidad. Precisamente, una de las incorporaciones a la exhibición es un retrato de Su Majestad el Rey Don Felipe, pintado y donado por Antonio J. Barragán, quien ha cedido —y se incluye en el recorrido— otro cuadro del padre y predecesor de nuestro monarca, Juan Carlos I. Árabe madrileña, diseñada a principios del siglo XX para mostrar al público la colección nazarí del museo en un ambiente «personalizado» que realzara, por ejemplo, la marlota del rey Boabdil. Ahora, en Toledo y también realizado con técnicas artesanales, se puede contemplar un mural de cinco metros por tres y medio al que se adelanta una arcada exenta de 3,6 por 3,6. En el conjunto destaca la policromía nazarí —rojo bermellón, azul ultramar y verdegris— Las colecciones navales de Ferrol y Sevilla estrenan recorridos más didácticos y con nuevos fondos y el blanco del mármol de columnas, capiteles y arcada, adornada con mocárabes y paños de Sebka. Nuevo espacio ha estrenado también el Museo Histórico Militar de Burgos, que hace no mucho tiempo cambió su emplazamiento anterior por su actual sede: el palacio de la Capitanía de la capital burgalesa. La citada sala se inauguró el pasado mes de mayo y recorre la evolución de las armas de fuego desde el siglo XVI Novedades en las redes PARA cumplir con su misión de difundir y promover la Cultura de Defensa, los museos militares han hecho una apuesta clara por las redes sociales, en las que se renuevan y amplían contenidos al igual que hacen en las salas de sus instalaciones. En este ámbito, una de las últimas novedades llega por parte del Servicio Educativo y Cultural de la Armada (SEC), área que depende del Órgano de Historia y Cultura Naval (OHCN) y que coordina y propone diferentes actividades, tanto presenciales como en internet. Entre estas últimas, el SEC ha dado de alta en la web de la Armada una publicación que aúna información básica sobre los tres pilares histórico culturales —museos, bibliotecas y archivos— bajo la responsabilidad del OHCN y que lleva por título Testigos de un legado científico y cultural (www.armada.mde.es/museonaval/testigosdeunlegado/testigosdeunlegado). Su centenar de páginas se organiza en cinco bloques: Introducción, La actividad cultural y científica de la Armada en el siglo XVIII —centuria de reformas y vanguardia—, La llegada del siglo XIX, Un centro dedicado a la Náutica y Para saber más. También ofrece imágenes de algunos de los fondos de su patrimonio, como el expediente de nobleza de la fotografía. El trabajo artístico y especializado que supone una restauración es difícil de equiparar a otras acciones habituales en los museos. Sin embargo, una bien podría ser la labor acometida por el Museo del Ejército para actualizar la presentación de su historia a los visitantes. RECREACIÓN ARTESANAL Con el citado objetivo y poniendo el foco en su anterior y más longeva sede, el Salón de Reinos —edificio noble del antiguo conjunto palaciego del Retiro de Madrid—, la entidad con sede en el Alcázar de Toledo apostó por aunar en un mismo espacio elementos significativos de su anterior hogar. Se eligieron sendas recreaciones de sus vidrieras y decorados de su estancia principal —que da nombre al inmueble— y de la sala Árabe. Las singulares cristaleras, «que reproducen fielmente» los originales madrileños, son obra del maestro vidriero Antonio de la Torre, explican responsables del Museo, que también comentan la escenificación del Salón de Reinos: «Para recrear su techo de grutescos se ha diseñado una plancha de madera de seis metros y la museografía del nuevo espacio se ha completado con reproducciones de las banderas exhibidas en Madrid e imágenes de otras estancias emblemáticas». No obstante, quizá, lo que más aquí llame la atención es su pared izquierda. En ella toma vida la evocación de la sala SEC 60 Revista Española de Defensa Septiembre 2017
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 342
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