la inteligencia con Washington, ha reforzado el vínculo con EE. UU. y ha reinterpretado la Constitución para posibilitar el ejercicio de la autodefensa colectiva. Aunque Abe se ha propuesto enmendar la Carta Magna en 2020 para lograr la plena normalización militar del país8, estos cambios permiten a Tokio reforzar su capacidad de disuasión y defensa, apoyar militarmente a sus aliados en la región y responder de forma individual o junto con otros actores a las crisis que puedan surgir en los próximos años. En el primer año al frente del ejecutivo Abe presentó la primera Estrategia Nacional de Seguridad de la historia. Elaborada en una coyuntura regional cada vez más compleja (en 2012 Pekín había autorizado las actividades marítimas y aéreas sobre las Senkaku, su Armada había penetrado en aguas territoriales japonesas en su travesía hacia el océano Pacífico, activistas chinos habían boicoteado los productos japoneses tras la decisión de Tokio de adquirir varias islas de este archipiélago y en 2013 anunciaría la creación de una «zona de identificación de defensa aérea» sobre el mar de la China oriental9, y en invierno Pyongyang había realizado con éxito su tercer ensayo nuclear), esta hoja de ruta advertía del cambiante entorno de amenazas y sus potenciales efectos sobre la seguridad del país. Más concretamente, esta se hacía eco de los cambios en los equilibrios del poder motivados por el ascenso chino e indio y la transición estratégica estadounidense hacia Asia-Pacífico, la rápida difusión de las tecnologías avanzadas y sus aplicaciones militares, la proliferación de armas de destrucción masiva y sus vectores de lanzamiento, la permanencia del terrorismo internacional y los riesgos sobre los bienes comunes globales como los océanos, el espacio o el ciberespacio. En Asia, el programa nuclear norcoreano, la modernización militar china, la falta de transparencia acerca de sus intenciones, las disputas territoriales con sus vecinos y sus provocaciones ponen en peligro la soberanía nacional, la libertad de navegación, comercio y acceso a materias primas e incluso la estabilidad en la región. Este panorama podría tener efectos imprevisibles: una crisis limitada que se iniciara en la «zona gris» podría tornarse en catastrófica por la pluralidad de actores en conflicto, la falta de un régimen de seguridad cooperativa y la 14 REVISTA EJÉRCITO • N. 918 OCTUBRE • 2017 carencia de medidas de confianza mutua en la región. Junto con esta estrategia que proponía reforzar el músculo militar para garantizar el ejercicio de la soberanía, desarrollar una postura más activa en la seguridad regional y participar activamente en la seguridad internacional, Abe presentó el Programa Nacional de Defensa 2014-18. Este trabajo expone que la nuclearización norcoreana y la militarización china entrañan los principales riesgos para la estabilidad regional y que las repetidas incursiones orquestadas por Pekín en el litoral japonés pueden derivar en «zonas grises» susceptibles de escalar hacia conflictos abiertos. Advirtiendo que Tokio responderá rápida y resolutivamente a cualquier acto que pueda violar su soberanía, esta hoja de ruta propone integrar la fuerza terrestre, naval y aérea en una Fuerza Conjunta de Defensa Dinámica que, enfocada a la defensa y la disuasión dinámicas en las cinco dimensiones del conflicto (tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio), se proyectará con rapidez a cualquier punto de la geografía japonesa para responder a toda la gama de contingencias e integrarse con el ejército estadounidense en caso de necesidad. En 2014 tuvo lugar un hito en la historia reciente de Japón cuando el Gobierno anunció que reinterpretaría la Carta Magna para posibilitar la participación del país en la autodefensa colectiva. Esta sería constitucional si se cumplían los siguientes condicionantes: −−Si un ataque contra un país cercano a Japón amenaza el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad de la población nipona. −−Si no existe ningún otro medio disponible que permita repeler el ataque y garantizar la supervivencia de Japón y la protección de su ciudadanía. −−Si Japón limita al mínimo necesario el empleo de la fuerza armada. Y para dotar de contenido a esta relectura de la Constitución, en septiembre de 2015 el Parlamento aprobó varias leyes que delimitaban las nuevas misiones de las Fuerzas de Autodefensa, posibilitaban una respuesta militar a crisis fuera de las fronteras del país, ajustaban las reglas de enfrentamiento para ampliar el uso de la Fuerza y permitían la participación del país
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 918
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