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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 919

CONCLUSIONES La logística de defensa trata de mover fuerzas y sostenerlas para que puedan cumplir su misión. Consecuentemente, es un componente esencial de la potencia de combate, ya que determina el volumen de fuerza que puede ser proyectado a un determinado teatro de operaciones. Los principios que rigen su actuación han permanecido inalterados a lo largo de la historia, pero su peso relativo y su materialización práctica se han visto afectados por la naturaleza de los nuevos conflictos surgidos tras la caída del Muro de Berlín. El Pacto de Varsovia representaba una amenaza conocida en su naturaleza, su volumen y sus intenciones, lo que convertía el planeamiento logístico en poco más que una operación matemática encaminada a calcular los recursos suficientes para afrontar su amenaza. Tras el fin de la Guerra Fría el escenario es completamente diferente. Desde el punto de vista logístico, la principal diferencia estriba en la absoluta falta de certidumbres sobre el qué, el cómo, el dónde, el contra quién y el con quién de las operaciones militares. A ello hay que añadir las exigencias que imponen las operaciones expedicionarias a los sistemas logísticos responsables de proyectar una fuerza y sostenerla lejos del territorio nacional. Las exigencias de previsión, eficiencia, cooperación y simplicidad y agilidad deben reevaluarse a la vista de esta nueva situación. Ese 20  REVISTA EJÉRCITO • N. 919 NOVIEMBRE • 2017 análisis ha conducido a una profunda transformación de la logística de defensa, que se ha visto obligada a replantear doctrina, procedimientos, sistemas y materiales para hacer frente a esta exigente situación en la que el planeamiento logístico adoptará, con demasiada frecuencia, la forma de un ciego deambular entre las brumas de la incertidumbre. NOTAS 1  El término «logística de defensa» tiene un alcance más amplio que el tradicional de «logística militar», ya que engloba todas las capacidades nacionales al servicio de la defensa nacional, no solo las puramente militares. 2  No nos referimos aquí a los principios operativos definidos por nuestra doctrina, sino a unos principios que, de una manera más general, deben informar la organización y funcionamiento del sistema de apoyo logístico en su conjunto. 3  Una baja operatividad en determinados materiales no es un problema de mantenimiento, es un problema logístico que puede abordarse incrementando los niveles de clase IX (abastecimiento), reduciendo los ritmos de reposición de repuestos (transporte) o variando el número o especialidad del personal especialista (mantenimiento). En un plano más amplio, la solución puede venir de cambios en el diseño de los materiales o de la consideración de su mantenimiento en el contrato de adquisición.■ Las operaciones expedicionarias imponen exigencias especiales a los sistemas logísticos


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