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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 919

DOCUMENTO REVISTA EJÉRCITO • N. 919 NOVIEMBRE • 2017  51  Ifni: La guerra olvidada (1ª parte) En la Historia básica de la España actual de Ricardo de la Cierva el conflicto de Ifni ocupa dos líneas en la página 509. En otras, como en la de Tuñón de Lara y García de Cortázar, ni aparece. Sin embargo, gracias al esfuerzo de militares como Rafael Casas de la Vega o Mariano Fernández-Aceytuno Gabarrón, o a civiles como Lorenzo Vidal Guardiola o Andrés Cossialls Ubach al menos se puede disponer de algunos libros y artículos sobre la guerra de Ifni. Cualquier país occidental cuida e incluso mitifica su historia, ya sea de triunfos o de fracasos. En algunos casos se presentan fracasos estrepitosos como triunfos relativos. Episodios a veces desgraciados o funestos para la historia de algunos países se recuerdan, se mitifican o se rodea a sus héroes con una aureola de leyenda que pasa a la memoria colectiva. Alguna película reciente demuestra que en España esto no es de aplicación y tenemos una memoria que tiende a recordar los fracasos o las tragedias pero olvida, por razones incomprensibles, los múltiples éxitos, actos heroicos, hazañas e incluso epopeyas de las que fueron actores los que nos precedieron. La de Ifni fue una guerra extraña, que no se perdió pero tampoco se ganó. La prensa de la época la denominó «la guerra olvidada», «la guerra oculta». Según algunos datos publicados, la cifra de bajas en la que hay más coincidencia es de unos 300 españoles muertos y más de 500 heridos. Además, muchos miles de soldados de reemplazo sirvieron y sufrieron en las patrullas, trincheras y puestos de vigilancia de aquel montañoso enclave, y lo hicieron hasta 1969. En cualquier caso, personalmente me da la impresión de que el nombre de «guerra» le queda un poco grande a lo que realmente pasó en Sidi Ifni, aunque así lo seguiré denominando en este artículo. La guerra de Ifni empezó a finales de 1957 y acabó, según algunas fuentes, a mediados de 1958, y según otras, al no incluirse en ningún acuerdo o tratado bilateral, en 1969, cuando se cede oficialmente el territorio a Marruecos a cambio, es de suponer, de alguna contrapartida. Sin embargo, yo que estuve de niño en Ifni, en 1964, cuando estaba destinado mi padre en el EM del territorio, no recuerdo ambiente bélico en absoluto. Lo que sí es cierto es que después de los combates solo se conservó la capital de la provincia y un radio de  10 kilómetros de seguridad que incluía el aeródromo; quedó reducida al 15 % la extensión del territorio controlado por España en 1958 y pasó a devolver la ciudad a Marruecos sin, aparentemente, más compensación. Ese reducido espacio es el que yo recuerdo en algunas conversaciones rememorando vivencias con mi padre. Sin medios adecuados, con material obsoleto, fue la disciplina, es decir, la lealtad y la exactitud en el cumplimiento de la misión, junto con la abnegación y el espíritu de sacrificio de los soldados, de todos los militares, lo que salvó la cara en el conflicto. Los militares españoles dieron la cara, como siempre, con medios o sin ellos, y quizás salvaron la del Gobierno que los tenía en un estado de semiabandono en cuanto a equipo, material y armamento. El Gobierno, no obstante, maquilló la realidad y la vendió a la opinión pública como una victoria. Pero volvamos la vista atrás y veamos algunos antecedentes históricos. A principios del siglo  xv la Corona de Castilla inicia la conquista de Canarias y en su expansión en las islas continuó por la costa africana asegurándose las dos orillas del «pequeño mar» o el «mar menor» de Berbería entre las islas y la costa africana. Los marineros castellanos que llegaron a esa costa fundaron un pequeño asentamiento al que llamaron Santa Cruz de la Mar Pequeña y que abandonaron a continuación. En los siglos xvi y xvii España se centró en América y no fue hasta 1860 cuando, al terminar la guerra en Marruecos, mediante el Tratado de Paz, se cedió el derecho de instalar una factoría pesquera donde se suponía que estaba aquel primer asentamiento de Santa Cruz que nunca fue encontrado. Se escogió por tanto un pueblecito costero cercano llamado Sidi Ifni. El 26 de abril de 1860 se firmó el Tratado de Paz y Amistad entre España y Marruecos en Tetuán, que concedía a perpetuidad a S.M. católica la costa del océano cercana a Santa Cruz de la Mar Pequeña. En 1912, como consecuencia del Tratado hispano-francés sobre el Protectorado español de Marruecos, se fijan los límites de este con el Protectorado francés, que ya se habían acordado


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