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TEMAS PROFESIONALES Law of the Sea III (UNCLOS III). Pero pone serias trabas para que otros disfruten de esta posibilidad de manera recíproca. Estados Unidos aboga por hacer cumplir el espíritu del UNCLOS III en este aspecto, pero su posición ha sido definida por muchos como débil al no ser signatario de este tratado. Sin embargo, ya en 1980 el entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan anunció en el Congreso el compromiso de garantizar el uso de su zEE a otras naciones en los mismos términos que eventualmente adoptaría el UNCLOS III (su última reunión tuvo lugar en 1982, por lo que el presidente Reagan llegó a adelantarse a la propia conferencia en este aspecto), a la vez que instaba a los demás países a sumarse a esta iniciativa. Este mismo compromiso fue ratificado por el presidente Barack Obama en 2012 en una alocución en el Congreso, dando así continuidad a esta política de apertura comercial marítima. Todo ello rebate en cierta medida la supuesta debilidad de la posición americana a este respecto, que si bien no firmó UNCLOS III, sin duda defiende sus principios básicos de manera comprometida y contundente. y llegados a este punto, quisiera centrar la atención en un aspecto que mencioné anteriormente de forma muy somera y cuya importancia en este complejo tablero es ciertamente significativa: las islas artificiales actualmente en construcción por parte de China. Las islas artificiales China se encuentra inmersa en una disputa por varios complejos archipelágicos que afecta a las islas Senkaku, Spratly, Shoal Scarborough y las Paracel. Sus ubicaciones inquietan a China, puesto que no puede ejercer control sobre lo que entra y sale al mar de la China a través de los puntos neurálgicos que forman los pasos entre estos archipiélagos. Esta disputa se suma a la construcción de islas artificiales en torno a las Spratly, lo que ha causado preocupación entre los países ribereños. Sin embargo, las condiciones en que China está llevando a cabo esta imponente obra de dimensiones faraónicas, así como su finalidad, requieren algunas reflexiones. El concepto de islas artificiales no es nuevo. En efecto, el primer intento por regularizar la construcción de islas artificiales se remonta a 1893, y se atribuye a Charles Russel, quien propuso en su publicación Fur Seal Arbitration que los faros construidos en islotes artificiales fueran considerados como una extensión de la soberanía territorial, con derecho a establecer aguas territoriales a su alrededor. Naturalmente no contó con el apoyo internacional, bajo la argumentación de que un barco fondeado podría ser considerado como tal bajo esos mismos términos. Lo cierto es que nunca se ha llegado a un acuerdo en firme sobre la definición de isla artificial, aunque sí ha habido consenso en cuanto a que, sea 762 Noviembre


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