Recursos Humanos REVISTA EJÉRCITO • N. 921 DICIEMBRE • 2017 61 ejemplo, aumentando el ángulo visual en ciertas posiciones de tiro o permitiendo mayor libertad de movimiento de la cabeza durante el uso del casco en conjunción con el chaleco. La relación existente entre el grado de seguridad que garantizan los equipos y el confort no está exenta de polémica, en la medida en que la falta de confort de los mismos aboca, en muchos casos, a un mal uso y, por ende, a un decremento en la protección y seguridad. Todo ello hace indispensable el diseño de procedimientos que valoren el grado de confort de esos equipos sobre la base de seguridad exigida por la normativa en vigor. Así pues, tenemos que la mejora de la ergonomía de los EPI pasa por tratar de mejorar una serie de características de diseño de los mismos estudiando las variables fisiológicas, biomecánicas y psicológicas relevantes durante la realización de tareas concretas, en el marco de un diseño experimental adecuado. VALORACIÓN ERGONÓMICA En el Laboratorio de Factores Humanos del Departamento de Metrología y Calibración del INTA se están desarrollando procedimientos de valoración de los equipos básicos y de protección individual que contemplan todos los factores y variables avalados por la investigación, tanto aquellos referidos a experimentación de laboratorio como evaluaciones relativas a la valoración subjetiva en situaciones de campo. Los procedimientos específicos desarrollados con la intención expresa de mejorar la usabilidad y confort de los equipos de uso personal del combatiente consideran todo lo anterior. Estos procedimientos se estructuran en dos partes, una de pruebas de laboratorio y otra de pruebas de campo. Por una parte, con las pruebas de laboratorio se evalúan variables como la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, las limitaciones de movimientos derivadas del uso de los equipos objeto de estudio durante la realización de actividades y movimientos básicos. Por otra parte, han sido ideadas una serie de pruebas de campo que tratan de acercarse a las tareas cotidianas de los soldados considerando actividades que, aun siendo básicas, hasta ahora no habían sido tenidas en cuenta. Estas pruebas de campo consisten en adoptar distintas posiciones de tiro (por ejemplo, tumbado y de pie), correr, andar (con y sin la mochila de uso habitual), así como la comprobación de la compatibilidad del uso del elemento de la equipación individual que esté siendo evaluado con el resto de elementos (iluminación, comunicaciones, protecciones oculares y/o balísticas, visión nocturna), y considerando a la vez el casco de combate, el EPI NBQ y el chaleco antifragmentos antibalas. Para darle la validez necesaria a estas pruebas de campo se toma una muestra de un mínimo de 30 personas que responden a una encuesta en la que se les solicita la valoración sobre el equipo evaluado en relación con las pruebas realizadas. El análisis estadístico de los datos obtenidos dota a las conclusiones alcanzadas de la fiabilidad Pruebas de laboratorio: realización de pruebas manipulativas en laboratorio
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 921
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