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RGM DICIEMBRE 2017

consigna de «¡sálvese el que pueda!», o mejor «¡sálvese lo que se pueda!». y con ese abanico de posibilidades alguno de estos trozos tendría más probabilidades de esconderse, de huir, de salvarse. Con ello aparecía en la escala evolutiva el instinto de conservación (y pronto su inmediata consecuencia, el miedo) en unos animales que carecen de cabeza y de cerebro, lo que da idea de lo antiguo, fuerte y determinante que es para todos los seres vivos el asunto ese de salvar el pellejo. Nos conviene saber que el caso de la estrella y afines es el máximo grado de regeneración a la que puede aspirar un ser vivo: cada uno de sus brazos mutilados por propia voluntad tiene la facultad de regenerar una estrella completa, clónica y exacta a la que partieron. y, por si el prodigio fuera poco, la estrella que se había desprendido de uno o varios brazos también los puede regenerar y recuperar la imagen y funcionalidades que tenía antes de las amputaciones. Dado el máximo carácter de reversibilidad que este tipo de regeneración supone, se la llama bidireccional y solamente podremos encontrarla en los animales marinos más sencillos, bacterias, planarias, celentéreos, gusanos, vegetales primigenios, equinodermos y algunos peces, porque a partir de ellos la capacidad de regeneración irá disminuyendo hasta hacerse prácticamente imperceptible al llegar a los mamíferos. Es como si el hecho de irnos haciendo más perfectos tuviese que pagar el peaje de ir perdiendo capacidad de regeneración, que es el esperanzador proceso por el que se recupera la estructura y la función de órganos o partes del cuerpo dañados. Pero es evidente que, para bien o para mal, el hombre ha conquistado el espacio en un alarde de inteligencia, pero también es muy cierto que cuando pierde una pierna el único consuelo que le queda es ir pensando en una de palo, como la de nuestro bravo blas de Lezo. y si noso- RUMBO A LA VIDA MARINA El ser humano ha sido capaz de conquistar el espacio y las fosas submarinas en un alarde de inteligencia y tecnología puntera, pero, a diferencia de los equinodermos, cuando pierde una pierna el único consuelo que le queda es ponerse una de palo, como la de nuestro almirante blas de Lezo. (Fuente: Internet, eltroblogdita.blogspot.com). 2017 889


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