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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 139 MAS SUP 26

JULIO ALBERT FERRERO berar con Augusto, los comicios ciudadanos resultaban superfluos. Las magistraturas, desprovistas de efectividad, se convirtieron en meras escalas de promoción social. Paralelamente, Augusto creó con sus funcionarios directos una nueva carrera de honores que alcanzaba su más alto grado con el prefecto del directorio, que mandaba la guardia, pero de este segundo cursus honorum quedaron excluidos los senadores. En el año 27 se habían declarado senatoriales las provincias pacíficas, e imperiales las fronterizas y belicosas. Sobre ellas Augusto mantenía el imperium; en realidad dominaba todo el orbe romano. Fue una época de bonanza económica y la más brillante de la cultura romana, el periodo en que cuajó el más puro clasicismo en el arte y en la literatura latina. Tras el infierno de las guerras civiles, Roma proclamó el nacimiento de una nueva era de paz y prosperidad y la llegada al Mediterráneo de la Pax Romana. Asimismo, las numerosas reformas de Augusto, condicionadas por sus sucesos, dieron lugar a una maquinaria administrativa capaz de gobernar eficazmente hasta el último rincón del imperio, que se extendía desde Hispania hasta Siria y desde Normandía hasta Egipto. Los cuadros medios y bajos de la Administración seguían funcionando, a pesar de las veleidades de algunos emperadores crueles o estúpidos que sumieron a la ciudad de Roma en el terror. El primer sucesor de Octavio Augusto fue Tiberio, un gran general, inteligente y capaz, al que las circunstancias habían obligado a ejercer un poder absoluto que repugnaba a su talante aristocrático y espíritu conservador. Despreciaba la adulación de los senadores y, paulatinamente, su carácter reservado derivó hacia una profunda misantropía. Su sucesor, Calígula, se creía un dios y mandó arrancar las cabezas de todas las estatuas de deidades de sus palacios para sustituirlas por la suya. Conclusiones La batalla naval de Actium, dentro de la guerra civil que mantenían Marco Antonio y Octavio, fue una batalla decisiva que dio origen a la desaparición política de la Republica romana y al establecimiento del Imperio; a su vez, con el suicidio de Cleopatra, séptima reina ptolomea de Egipto, aliada de Marco Antonio, Egipto se convirtió en provincia del imperio romano. Si el resultado de la batalla naval de Actium hubiese sido inverso, es decir se hubiera saldado con la victoria de Marco Antonio, todos los territorios del antiguo imperio de Alejandro Magno habrían sido incorporados al imperio romano. Bibliografía FULLER, J.F.C. (General): Batallas decisivas del mundo occidental y su influencia en la Historia. Ediciones Ejército, 1979. PLUTARCO: Vidas paralelas, t. VII. SUÁREZ FDEZ.: Manual de historia universal. Espasa Calpe, 1958. 112 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 139


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