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inmediación» (21); y se encuentra en plena discusión el proyecto que el ingeniero militar Pedro Martín Cermeño había redactado para la construcción de la muralla que circundará la plaza y el arsenal, el cual había ocasionado frecuentes desacuerdos entre los mandos y los ingenieros encargados de dirigir la construcción de las fortificaciones, cuya ejecución se simultaneaba con las obras del arsenal. El proyecto acumulaba un notable retraso desde que había visto la luz en abril de 1766, debido a las continuas revisiones a que estuvo sometido, especialmente agravadas cuando su principal valedor, el conde de Aranda, cesó en el mando de la capitanía general de Valencia para asumir la presidencia del Consejo de Castilla. Muy significativa es la intervención en este asunto del gobernador militar de la plaza, Miguel de Irumberri y Balanza, quien desde el 17 de noviembre de 1767, fecha en que toma posesión, interviene decididamente en los trabajos de los ingenieros. Tan así es que se llega a redactar un nuevo proyecto que, aunque llevaba fecha de 1 de febrero del año siguiente, no se remitió a la superioridad hasta junio, lo que suponía un nuevo y sensible retraso pues, si bien el mencionado nuevo proyecto asumía con carácter general el de Cermeño, las modificaciones que proponía introducir en él eran tan numerosas que resultaba un proyecto nuevo con una concepción muy distinta de la del anterior. Pero al menos sirvió para que, por real orden de 15 de julio, se ordenase un nuevo plan para el amurallamiento de Cartagena y su arsenal, presupuestado en dos millones de reales de vellón y para cuya construcción se fijó un plazo de dos años. Pero todo se malogró a causa del fallecimiento de Irumberri el 8 de abril de 1769, lo que planteó el dilema del nombramiento de un nuevo gobernador militar. Y este es el momento en que este nombramiento recae en el teniente general de la Real Armada Carlos Reggio y Gravina, que ya desempeñaba el cargo de comandante general del departamento marítimo de Cartagena, el empleo de corregidor de la ciudad (real título de 20 de agosto) y el de gobernador político y militar de la plaza (real orden de 11 de septiembre) (22), tomando posesión de este el día 20 y el 21 el del corregimiento (23). Si bien carecemos de evidencia documental acerca del proceso seguido para esta designación, resulta muy elocuente el texto de la carta que días después dirigió a Reggio el marqués de la Victoria, quien se dirigía así al destinatario, sorprendido de haber conseguido ganar este viejo pleito: «Mi Excmo. y estimado amigo: = Las satisfacciones que V.E. logra, muchos las admirarán; pero yo no las encuentro extrañas, sí muy propias del carácter de V.E. y de su mérito; por ellas doi a V.E., muchas, y particulares enorabuenas, hijas del afecto y amistad que le profeso». Al llegar a este punto hemos de recordar que el marqués de la Victoria fue comandante general del departamento y autor de un proyecto de arsenal bien distinto del que se ejecutó después, siendo por lo tanto buen conoce- (21)  Ibídem, doc. 329, f. 370, 29 de marzo de 1768. (22)  Gaceta de Madrid, núm. 31, 1 de agosto de 1769. (23)  GóMEz VIzCAÍNo, Juan Antonio: «Marinos en el gobierno político y militar de Cartagena (1769-1796)», en Revista de Historia Naval, núm. 79, 2002. 14 SUPLEMENTO N.º 26 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 139


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