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REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2018

des buques que esperaban alistados en Scapa para salir a combatir a la Hochseeflotte. Fue así como surgieron sendas alertas en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales que condujeron a las batallas de Jutlandia y a la del estrecho de Dinamarca, respectivamente. Aunque se dice que Jutlandia se saldó con ventaja táctica alemana, el hecho de que la flota del káiser tuviera que volver a internarse en sus bases, de las que no volvió a salir en toda la guerra, llevó a algún periodista a acuñar aquella frase lapidaria que resumía bastante gráficamente el verdadero resultado de la TEMAS GENERALES La famosa foto de Michael Suckling mostraba al Bismarck sorprendentemente fondeado en un fiordo noruego cuando los ingleses creían que había alcanzado el Atlántico Norte. batalla: «Alemania ha golpeado a su carcelero, pero vuelve a estar detrás de los barrotes…». Lo de la batalla del estrecho de Dinamarca en la Segunda Guerra Mundial podría decirse que fue más de lo mismo, aunque en esta ocasión los ingleses no temían la salida a mar abierto de la Flota alemana, sino únicamente la de un pequeño grupo de combate, aunque como cabeza de esa fuerza naval se situaba el Bismarck, el acorazado más poderoso del momento y quizás de todos los tiempos. La salida del Bismarck al Atlántico hubiese significado un importante revés para los ingleses, pues habría trastocado gravemente el plan de convoyes que aprovisionaban los puertos del Reino Unido y obligado a esfuerzos titánicos en su protección, lo que a su vez hubiera puesto en un compromiso su complicado andamiaje colonial. Por eso, cuando se recibió en Scapa Flow la fotografía tomada por el teniente Michael Suckling desde un Spitfire de reconocimiento mostrando al Bismarck fondeado en un fiordo noruego, Winston Churchill en persona se puso al frente de las operaciones en los sótanos de la base naval, donde todavía resuena entre las paredes aquella frase lapidaria dirigida a los oficiales navales, a caballo entre el mandato y la súplica, y cuya parte final daría título a una versión cinematográfica del acontecimiento: «Caballeros, se lo ruego, hundan al Bismarck». A partir de esa orden la colosal maquinaria naval inglesa se puso en marcha en Scapa, aunque fuera finalmente el torpedo de un Swordfish del Ark Royal, buque insignia de la Fuerza H establecida en Gibraltar, el que pondría al acorazado alemán a los pies de las unidades que habían zarpado de Scapa para su localización y 20 Enero-feb.


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