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REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2018

TEMAS PROFESIONALES En este artículo, que cierra la serie Quo Vadis —en la que se ha abordado de forma somera la influencia que la evolución del entorno geopolítico puede tener sobre la tipología de los conflictos en general y sobre el ámbito marítimo en particular—, se analizan de modo subjetivo los desafíos y oportunidades a los que se enfrenta el Cuerpo de Infantería de Marina ante la evolución no solo del entorno en el que se desarrollan los conflictos, sino también del carácter de los actores y amenazas a los que se enfrenta la Seguridad Nacional. El futuro tiene mucho en común con el pasado No hay ninguna base racional que sustente la creencia de que el futuro tiene que ser como el pasado y, a pesar de que la experiencia pasada no puede ser en ningún caso garantía de futuro, es evidente que condiciona en gran medida nuestra propia idiosincrasia y debe servirnos como paso previo en el análisis de opciones futuras. Las operaciones anfibias han constituido un elemento de la guerra naval desde hace más de 2.000 años, explotando las aguas litorales como espacio de maniobra para atacar los puntos débiles del adversario, reforzar las posiciones propias y apoyar al establecimiento del control del mar. Tucídides ya refiere que «la más antigua guerra que sepamos haberse hecho por mar fue entre los corintios y los corcirenses, hará a lo más doscientos sesenta años», para añadir posteriormente al referirse a los griegos: «Los que se unieron a ellos adquirieron gran poder, renta y señorío de las otras gentes; porque navegando con armada sojuzgaron muchos lugares». Sin embargo, la creación del Cuerpo de Infantería de Marina es mucho más reciente y se produce como respuesta orgánica al desafío estratégico que representaban las campañas de Solimán el Magnífico y que amenazaban a toda la Europa cristiana en el siglo XVI. Durante el invierno de 1564 se tuvo conocimiento de que los turcos preparaban una poderosa flota para atacar Italia, España o Malta. Finalmente el ataque se produjo el 7 de septiembre de 1565 sobre Malta, constituida como clave del arco defensivo que protegía el Mediterráneo Central. A pesar de la alerta producida, fueron necesarios cuatro meses para reaccionar a la esperada acción turca. Felipe II tomó conciencia de la situación límite a la que se había llegado y optó por organizar fuerzas que estuviesen en condiciones de combatir tanto a bordo como en tierra y que mantuviesen una disponibilidad absoluta. Sin embargo, y a pesar de haber forjado y puesto a prueba sus potencialidades en las más duras circunstancias —o como escribió el propio Cervantes, «en la más alta ocasión que vieron los siglos», al referirse a la batalla de Lepanto—, el Cuerpo de Infantería de Marina se ha visto sometido a lo largo de la historia a procesos de reinvención, que cuando se han alejado de su 2018 85


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