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REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2018

TEMAS PROFESIONALES cometido fundamental, el desarrollo de operaciones anfibias, han resultado devastadores. En 1717 el ministro Patiño llevó a cabo una profunda reorganización tanto del Ejército como de la Armada. Con la creación del Cuerpo de Batallones de Marina, orientado fundamentalmente a la misión de guarnición de buques, limitó de forma decisiva las posibilidades anfibias de la Armada. Esta reorganización, que se extendió hasta 1823, trajo consigo una importante reducción de efectivos, que provocó que en muchas ocasiones sus cometidos fueran desarrollados por unidades del Ejército, por lo que comenzó a plantearse la necesidad de continuar afrontando el sostenimiento del gasto derivado de mantener el Cuerpo de Batallones. Entre 1827 y 1957 se producen una serie de reorganizaciones y reinvenciones derivadas de la pérdida del objetivo fundamental de proporcionar una fuerza anfibia que llevaron, debido a la duplicidad de cometidos con el Ejército, a que en 1841 el ministro de Marina García Camba transfiriese la Infantería de Marina al Ejército, que formó el Regimiento Asturias número 31. Finalmente tuvo que llegar en 1882 el almirante Pavía para resucitar el espíritu de fuerza anfibia que había nacido con Felipe II. La tradicional falta de valor otorgada a la Infantería de Marina en España se evidenció nuevamente en 1925, cuando se desaprovechó el éxito del desembarco de Alhucemas en un momento en el que casi todas las naciones que contaban con unidades anfibias habían comenzado un proceso de descomposición tras el desastre de Galípoli en 1915. Fue necesario que Estados Unidos reviviese la genialidad española, fundamentalmente durante la campaña del Pacífico, para que en España se valorase la existencia de una fuerza especializada en la guerra anfibia. La aproximación a la zona anfibia objetivo En la actualidad nos encontrábamos ante un cambio de paradigma en el orden mundial caracterizado por la transicición desde un mundo unipolar hacia otro multipolar pendiente de concretarse en toda su extensión. Cambio que influye de forma decisiva en el modo tradicional de entender el conflicto, anclado en el tradicional concepto napoleónico-industrial de enfrentamiento entre grandes ejércitos, y que en el futuro estará caracterizado por la convergencia: de actores, de ámbitos, de tácticas, de modos de conducir los conflictos y de narrativas. Todo ello obliga a una nueva aproximación en la forma en la que se planean y conducen las operaciones militares, donde la principal característica vendrá determinada por la adaptabilidad y requerirá un profundo cambio en la organización de las estructuras operativas, así como en el adiestramiento y el modelo de liderazgo, residiendo su verdadera fortaleza en el nivel de integración de 86 Enero-feb.


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