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EJERCITO 924

Enrique Domínguez Martínez-Campos Coronel de infantería. DEM (R) El 22 de octubre de 1768 fueron publicadas las Ordenanzas Militares aprobadas por el rey Carlos III que llevaban por título Ordenanzas de S.M. para el régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus Exércitos. Su elaboración corrió a cargo de diversas comisiones de trabajo (en las dos últimas participó el conde de Aranda) que redactaron los distintos títulos en los que se dividían las famosas Ordenanzas. Fue tal el esmero, la exactitud de los términos empleados, el compendio de conocimientos y la clara definición 76  /  Revista Ejército nº 924 • abril 2018 de las prácticas que debían seguir los diferentes grados y empleos de los militares a los cuales afectaba esta regla moral que aquellas Ordenanzas no solo fueron útiles durante todo el reinado que las vio nacer, sino que estuvieron vigentes en los ejércitos (con el lógico desfase en algunos artículos por quedar anticuados con el paso de los años) hasta 210 años más tarde, cuando fueron sustituidas por las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas en 1978. Hoy, en el año 2018 celebramos, por tanto, el 250 aniversario de las Ordenanzas de Carlos III. Sin embargo, aquellas Ordenanzas no fueron el fruto de ninguna idea genial ni de ninguna iniciativa excepcional. Antes de que fueran aprobadas ya existía una larga tradición de Reales Ordenanzas para el Ejército y la Armada. Así, los Reyes Católicos habían promulgado en 1503 unas «Ordenanzas para la buena gobernación de las gentes, de sus guardas (Guardas Viejas de Castilla), artillería y demás gentes de guerra y oficiales de ella». El emperador Carlos I las revisó y aumentó. En 1573 Felipe II las modificó. En 1632 Felipe IV publicó unas nuevas Ordenanzas que sustituían en gran medida a las de 1632. Pero en 1728 Felipe V, primer rey de la nueva dinastía de los Borbones, derogó las de los Austrias. Por último, serían las Orde- PRESENTACIÓN


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