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ANTONIO C. CAMPO LÓPEZ refuerzos llegados desde Nueva España. En este sentido, podemos considerar las islas Molucas el destino final de mucha de la ayuda enviada en el galeón de Manila desde Acapulco; el socorro del Maluco, una prolongación, y Ternate, el puerto final de la ruta del galeón de Manila. Tras una travesía de entre dos y cuatro meses, llena de peligros y dificultades, la flota llegaba a las Molucas para emprender sin demora el camino de vuelta, por cuanto una parada demasiado prolongada podía impedir aprovechar los vientos monzónicos favorables, que le permitían emprender la ruta de regreso a Manila. La flota empleaba un promedio de seis meses para cubrir el viaje de ida y vuelta, y así vemos cómo en el Socorro de 1653, saliendo de Cavite el 17 de enero, regresa el 7 de julio (11). En la travesía se podía ahorrar algo de tiempo ―en 1632 se emplearon menos de cinco meses, y en 1634, partiendo el 5 de enero, la flota estaba de vuelta para el 28 de mayo― (12), pero también hubo años, como 1662, en que se invirtieron casi ocho meses ―el Socorro en cuestión, saliendo el 27 de diciembre de 1661, no tomó puerto en Cavite hasta el 14 de agosto de 1662― (13). Por tanto, la duración del recorrido de ida y vuelta era variable y venía determinado por factores tales como el tipo de embarcaciones, la fuerza de los vientos y la duración de las escalas, aunque lo usual era que rondara los seis meses. Documentamos flotas de Socorro en todos y cada uno de los años que perduró la soberanía española en las Molucas. Desde 1606 hasta 1663, sin interrupción, anualmente zarparon desde el puerto de Cavite los llamados «socorros ordinarios» (14), con destino a los fuertes de Ternate y Tidore. De manera excepcional, para algunos años documentamos los «socorros extraordinarios», denominados así porque solían partir en fechas desaconsejadas, como los meses de verano, con el objetivo de completar la flota enviada meses atrás. Eran flotas de refuerzo enviadas para intentar paliar las grandes carencias de los fuertes de las Molucas. Tal fue el caso de la comandada por Pedro de Ermua, quien consiguió llegar a Ternate el 3 de agosto de 1610 para compensar las pérdida del Socorro anterior (15). Sucedió lo propio en 1624, año en que, el 11 de abril, debe partir un segundo socorro desde Iloilo, en la isla de Panay, compuesto por una galera y dos barcos que, el 25 de junio, llegaron con dificultades a Ternate, a causa de los vientos y de la presencia enemiga (16). (11)  AGI, Filipinas 54, N.5. Confirmación de encomienda de Dumon, etcétera. Manila, 2 de mayo de 1676. (12)  AGI, Filipinas 52, N.5. Confirmación de encomienda de Cuyo. Manila, 13 de noviembre de 1666. (13)  AGI, Filipinas 54, N.9. Confirmación de encomienda de Abucay, etcétera, 12 de mayo de 1676. (14)  AGI, Filipinas 41, N.76. Petición de encomienda de Pedro Rodríguez Franco, 4 de julio de 1642. Encontramos alguna excepción; como en el año 1618, cuando sale desde el puerto de Batangas, en el suroeste de la isla de Luzón. (15)  AGI, Filipinas 47, N.28. Confirmación de encomienda de Laglag, etcétera, 13 de julio de 1619. (16)  AGI, Filipinas 48, N.13. Confirmación de encomienda de Burauen, 18 de enero de 1627. 14 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 140


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