TEMAS GENERALES Conferencia organizada por gADA. (fotografía del autor). cados de su techo. Sin comida y herido, decidió intentar volver a la playa, donde se topó con dos hombres ensangrentados y desnudos, Alonso y Baltasar, marineros del Santa María del Visón. Llorando, se abrazaron. La playa permanecía repleta de cadáveres y enterraron a algunos excavando con sus propias manos. Muchos irlandeses compasivos que presenciaron aquella imagen desgarradora se apiadaron de ellos y les indicaron una ruta para llegar a un sitio seguro. De Cuéllar, malherido, no pudo seguir el ritmo de sus compañeros, que se adelantaron en su fuga, dejándole continuar solo. Desde una colina divisó unas chozas de paja a las que debía llegar atravesando el fondo de un valle boscoso. Allí se encontraba cuando cuatro personajes le abordaron y robaron su cadena de oro y unas reliquias que portaba en un pequeño escapulario. A pesar de maltratarle y robarle, uno de ellos le dio un ungüento para curar las heridas de su pierna y le indicó la dirección de un irlandés, amigo de su rey felipe II, que estaba acogiendo a los supervivientes de los naufragios. Era el territorio del señor O’Rourke. Después de dos días de caminata renqueante, durmiendo en cuevas y vestido con helechos y paja, divisó un lago, el glencar, y en su orilla unas cabañas abandonadas. Una de ellas, la que mejor le pareció para guarecerse, le brindó por fin una alegría: el encuentro con tres españoles supervivientes de un grupo de once náufragos y una cena a base de bayas y frutos del bosque. Los cuatro se dirigieron juntos hacia el territorio de O’Rourke, no sin antes recibir auxilio de unos irlandeses católicos que curaron a De Cuéllar de sus 440 Abril
REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2018
To see the actual publication please follow the link above