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Revista Ejército 927

UNA FRÁGIL MEMORIA Sin embargo, la casualidad se alió al construir el puerto petrolero y se observó que los restos del Castillo Olite impedían la entrada de los buques, por lo que se decidió desmontar los dos mástiles del infortunado barco. Cuando los buzos bajaron hasta el pecio quedaron sorprendidos, pues la bandera permanecía aún asida al mástil, por lo que fue recuperada y enviada al Museo Militar de La Coruña. Los mástiles que emergían de las aguas fueron recuperados en 1943 y transportados a La Coruña, al cuartel de Zalaeta, el de popa, donde estaba el Regimiento de Artillería Ligera 48 (luego 28), que era el heredero directo del Regimiento 16, que es el que iba en el buque cuando lo hundieron, y al cuartel de Atocha el de proa, donde estaba el Regimiento Zamora, hoy Batallón Zamora del Regimiento Isabel la Católica 29. Cuando en 1979 el Regimiento de Artillería 28 se trasladó a Pontevedra, el mástil de popa se traslada al cuartel de Campolongo. Supervivientes y familiares del Castillo Olite posan frente al mástil recuperado del buque En la actualidad, el mástil se encuentra 68  /  Revista Ejército nº 927 • junio 2018 en la Base General Morillo, en Figueirido (Pontevedra), donde fue trasladado junto con el Regimiento Isabel La Católica y el Regimiento de Artillería 28, hoy Grupo de Artillería de Campaña VII, formando ambos parte de la Brigada de Infantería Ligera Galicia VII. El mástil de proa sigue a día de hoy en el Acuartelamiento de Atocha. EL INJUSTO OLVIDO Esta es la sensación expresada por los supervivientes y la que, conforme se va profundizando en este trágico episodio de nuestra Guerra Civil, va apoderándose de uno. A ello contribuye, sin duda alguna, conocer que fueron los supervivientes del Olite las primeras tropas nacionales que, tras liberarse de su encierro en Fuente Álamo el día 29 de marzo, 22 días después de la tragedia, entraron en Cartagena y tomaron el mando tras la huida de los gobernantes republicanos y la entrega del jefe de la base, coronel Joaquín Pérez Salas, sin que este hecho haya sido reconocido oficialmente o que el expediente que se incoó para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando colectiva a los embarcados en el Castillo Olite no llegase a término. Otro aspecto que, de manera reiterada, se señala en las escasas publicaciones que existen sobre el hundimiento es la imposibilidad de contar con un listado oficial de Cuando los buzos bajaron hasta el pecio quedaron sorprendidos, pues la bandera permanecía aún asida al mástil


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