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Revista de Historia Militar 123

206 JOSÉ ANTONIO PÉREZ GIMENA Después de la elección de Pio III, el general La Tremouille continuó su avance hacia Nápoles y los españoles hacia Gaeta, cada uno por itinerarios diferentes. El marqués iba tan confiado en la victoria que decía públicamente lo siguiente, “Daría yo 20.000 ducados por hallar al Gran Capitán en el campo de Viterbo”. Don Lorenzo Suárez de la Vega, embajador español en Venecia, le respondió: “El duque de Nemours podría haber dado el doble por no haberle encontrado en Ceriñola”. Al poco tiempo La Tremouille cayó enfermo y se vio obligado a ceder el mando al marqués de Mantua, general italiano de gran renombre. Las tropas con las que contaba el Gran Capitán eran de 9.000 infantes y 3.000 caballos, incluyendo italianos y alemanes. Los efectivos franceses, contando la guarnición de Gaeta, eran prácticamente el triple, puesto que el marqués de Saluzzo había desembarcado en Gaeta un cuerpo de refuerzo de 4.000 soldados. El Gran Capitán renunció a tomar Gaeta y tratando de compensar su inferioridad numérica, eligió la zona de terreno donde podría defenderse y maniobrar. Fue en la vecina localidad de San Germano, al otro lado del río Garellano, que haría de foso natural ante el avance de los franceses y al abrigo de los castillos de Montecasino, Roca Seca y Roca Andria. Don Gonzalo, conquistó el castillo de Montecasino y consolidó su defensa reforzando la guarnición española de Roca Seca a su derecha, con infantería española al mando de Zamudio, Pizarro y Villalba. Desde San Germano hasta su desembocadura, el Garellano podía cruzarse por Ponte Corvo y Sessa. El primer paso estaba frente a San Germano y podía vigilarse desde el campamento principal allí instalado. Para vigilar el puente de Sessa tomó una torre fuerte de las proximidades e instaló allí 500 infantes y 350 jinetes al mando de Pedro de Paz. Los franceses llegaron a los pocos días frente al río Garellano. El 13 de octubre el ejército francés cruzó el rio Garellano, por primera vez, por el vado de Ceprano, situado más allá del extremo derecho del dispositivo español. Una vez en la orilla izquierda, se dirigieron a Roca Seca. El Gran Capitán envió en su socorro una columna de infantería al mando de Pedro Navarro y García de Paredes por caminos de montaña, mientras que por el llano, en un movimiento en horquilla envió a Próspero Colonna con la caballería pesada. Zamudio, Pizarro y Villalba rechazaron los asaltos de los franceses, que se retiraron al aparecer la infantería española de Pedro Navarro y García de Paredes por la montaña. El marqués de Mantua dirigió el ejército a Aquino, entre el paso de Ponte Corvo y San Germano. El Gran Capitán colocó sus fuerzas entre Aquino y Ponte Corvo, para encerrar al ejército francés entre él mismo, el Revista de Historia Militar, 123 (2018), pp. 206-232. ISSN: 0482-5748


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