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EJERCITO TIERRA 928

la situación de paz anterior y, solo si rechazaban la oferta de enmendarse, se podría justificar la guerra. Plaza Mayor de Santa Fe de Nuevo México. En segundo término la Casa del Gobernador LA DECLARACIÓN DE GUERRA Después del proceso criminal mencionado, don Juan emitió una proclamación el 10 de enero de 1599, reuniendo, después de la misa mayor, a sus fuerzas delante de su casa con el propósito de que el que lo deseara pudiera expresar su opinión de cuál era la manera más apropiada de realizar un castigo ejemplar a los acomas. De acuerdo con lo que escribió el secretario real Juan Gutiérrez Bocanegra: «El procedimiento criminal escrito se leyó previamente, palabra a palabra, y además el gobernador discutió otras razones a favor y en contra de cumplir con los castigos propuestos». De la discusión general consiguiente emergió la decisión de «atacar y vencer a los acomas» lo antes posible. La razón principal, y que quedó por escrito, era que un retraso podría animar a otros pueblos a unirse a los acomas, lo que les daría una fortaleza que podría llegar a echar o eliminar a los españoles del territorio. 104  /  Revista Ejército nº 928 • julio/agosto 2018 En esa línea, los soldados casados reclamaban que, si no se les atacaba rápidamente, pedirían permiso para regresar con sus familias porque ya no se sentirían seguros en esas tierras. De esta forma, mediante un proceso y oyendo a sus soldados, se llegó a un veredicto y a una sentencia sobre el futuro de Acoma. Con la conciencia muy clara y sin ninguna duda, don Juan de Oñate públicamente declaró «guerra de sangre y fuego» contra los indios acomas. Esa era una frase habitualmente usada en el pasado en las cruzadas y empleada por los Oñate, y también por otros capitanes de la frontera, en sus conflictos con los indios chichimecas. El gobernador, don Juan de Oñate, intentó al principio liderar la guerra, pero los frailes y sus ayudantes lo convencieron de no arriesgar su vida en una aventura tan peligrosa. Si se perdiera el ataque a Acoma, él tendría que liderar el regreso de los colonos de vuelta a Zacatecas. Con la conciencia muy clara y sin ninguna duda, don Juan de Oñate públicamente declaró «guerra de sangre y fuego» contra los indios acomas


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