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EJERCITO TIERRA 928

  89 En 1813, Fernando VII recupera el trono y durante su reinado tuvo lugar la más variada representación monetaria de la historia de España. La llegada al trono de su hija Isabel II, bajo la regencia de su madre María Cristina, representó que, en sus monedas, Isabel II pasó de ser reina de España y las Indias a reina de las Españas a partir de 1836, incluyendo en esa denominación Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Por desgracia, deja de acuñarse la onza de oro, la gran pieza española, y la media onza, pasando a acuñarse el doblón de cuarto de onza u 80 reales. El doblón se convierte así en la única moneda de oro en España. Poco después, en 1850, se acuñó el doblón de 100 reales, que habría de alcanzar gran prestigio. El real de plata siguió en circulación en duros de 20 reales. Los maravedíes de cobre continuaron acuñándose en piezas que se conocieron como dos cuartos, cuarto y ochavo. De ahí devino el «cuarto» como sinónimo de dinero. En 1848 se introdujo el sistema métrico decimal, y aparecieron las décimas y los céntimos de real y de escudo. La peseta aparece como unidad monetaria en España en 1868. España decidió no unirse a la Unión Monetaria Latina entre Francia, Italia, Bélgica y Suiza, por la que se unificaban sus monedas de oro y plata. El Gobierno provisional del general Serrano adopta la peseta sobre la base del duro de plata a 5 pesetas o 20 reales y en oro de 100, 50, 20 y 10 pesetas con los divisores en plata de 50 y 20 céntimos, y de bronce de 1, 2, 5 y 10 céntimos. El rey Amadeo de Saboya se proclama rey de España tras consulta en las Cortes con 191 votos a favor, 60 a favor de la república y 2 a favor de Alfonso XII en noviembre de 1870. Aquella aventura no tuvo mucho recorrido, ya que tres años después de Amadeo se proclama la efímera I República. No hubo cambio alguno en el sistema monetario; figuraba en el anverso la imagen del rey, y en el reverso el escudo real de España con la cruz de Saboya en el centro. La I República no tuvo moneda por no ponerse de acuerdo los expertos en lo que debería llevar en ambas caras y por el poco tiempo que duró el primer periplo republicano de España. A finales de 1874, y tras el levantamiento del general Pavía, se restaura la casa real de Borbón con Alfonso  XII. Con fecha 6 de enero de 1875 se restablecen los símbolos monárquicos en las monedas que tenían en 1868. Su reinado, de apenas diez años, se caracterizó por el final de la tercera guerra civil carlista (1876), la pacificación de Cuba (1878) y la redacción de la Constitución de 1876, que instaura un sistema parlamentario basado en la alternancia de dos partidos, el Conservador de Cánovas y el Liberal de Sagasta. Alfonso XIII, hijo póstumo, accede al trono bajo la regencia de su madre María Cristina, por lo que en la extensísima serie numismática de su reinado se aprecian sus retratos en todas las edades desde bebé. De esta época data la primera utilización del cuproníquel para una moneda de 25 céntimos que luego fue perforada en el centro en 1927 por confundirse en tamaño con la moneda de 2 pesetas. También a esta época corresponde la emisión en el ultramar español de las monedas de 1 peso y de 10, 20 y 40 céntimos en Puerto Rico, y de 1 peso en Filipinas, todas ellas acuñadas en la ceca de Madrid, la única que quedaba después del cierre de las de Barcelona y Manila con Alfonso XII. Tras la victoria en unas elecciones municipales celebradas el 12 de abril, el rey Alfonso XIII abandona España, y el día 14 de abril de 1931 se proclama la República, que nada más empezar sufrió el intento de levantamiento militar de Sanjurjo en 1932 —que, sin apoyos, fracasó— y el inicio del proceso revolucionario de izquierdas para cambiar la república burguesa que estaba en el poder por una república popular, que llevó a cabo la revolución de 1934 y que fue reprimida con El nombre de «peseta» viene del catalán peçeta, pequeña pieza o piececita


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