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LA CONFERENCIA SOBRE LIMITACIÓN DE ARMAMENTO DE WASHINGTON... dos Unidos de América de Norte (70). Desde 1934, el ministro japonés de Marina anunciaba la construcción de barcos no previstos por los acuerdos de Washington, que entrarían en servicio en 1937. Evidenciaba el deseo de denunciar los acuerdos de 1922 (71). A partir de 1936, todas las potencias marítimas podían renovar sus acorazados. Era evidente que el acuerdo de Washington estaba muerto. Conclusiones Los grandes triunfadores de la conferencia fueron los Estados Unidos de América de Norte, que consiguieron la no renovación del acuerdo entre el Reino Unido y Japón, la equiparación entre la US Navy y la Royal Navy y frenar las aspiraciones planteadas por Japón para lograr un mayor equilibrio entre la Marina Imperial y la US Navy, alegando la necesidad de defender intereses navales norteamericanos en los océanos Pacífico y Atlántico (72). Los especialistas navales argumentaron que, para que Estados Unidos pudiera atacar a Japón con éxito, necesitaba una marina de guerra de doble potencia que la nipona. A cambio de estos importantes éxitos diplomáticos, el compromiso de no construir bases navales en las cercanías del territorio insular japonés parece una concesión mínima. El aparente gran perdedor fue Japón, cuya flota carecería de la fuerza necesaria para atacar Hawái o el continente. En Washington se certificó el distanciamiento entre el Reino Unido y Japón. Su acuerdo fue sustituido por el Tratado de las Cuatro Potencias (Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos), que creaba un sistema de seguridad colectiva en el Pacífico. Un aspecto positivo fue la importante reducción de capital ships. Como consecuencia de estas limitaciones, las concepciones sobre el uso de los acorazados debieron sufrir importantes transformaciones en los Estados Mayores. Se propició el desarrollo de la aviación embarcada que, como se ha señalado, no fue objeto de ninguna limitación. La conferencia fracasó sin embargo en lo tocante a la limitación de los submarinos, debido a las posturas contrapuestas del Reino Unido y Francia. Consecuencia no prevista por los delegados fue el notable desarrollo, que casi podíamos calificar de una nueva carrera naval, de los cruceros de 10.000 toneladas. La prensa española informó de todos los aspectos importantes tratados en la conferencia de Washington. Para ello emplearon, tanto los periódicos generalistas como las revistas, material suministrado por las agencias informativas (70)  «La próxima conferencia naval», en Revista General de Marina, t. CxVII (diciembre 1935), pp. 981-982. (71)  «La denuncia del Tratado de Washington», en Revista General de Marina, t. CxV (octubre 1934), pp. 608-609. (72)  «Lo que el tratado nos ha dejado», en Revista General de Marina, t. LCI (noviembre 1922), pp. 690-692. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 25


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