CORTÉS Y EL MAR Mapa del piloto Domingo del Castillo (1541), sacado del original del «Estado del marqués del Valle» Grijalva en ejercicio de su libre iniciativa (38), asumiendo todo el riesgo y aplicando una prudencia dudosa. En todo caso la dificultad náutica de establecer la derrota de retorno desde el Oriente (Filipinas) al Nuevo Mundo (Nueva España) se retrasó un cuarto de siglo más en ser hallada. Por otra parte la cartografía europea, en esta época, se mostró poco informada; no podía conocer lo que no habían alcanzado todavía los navegantes españoles o lo último que habían descubierto o, al menos, desconocían lo que no se había difundido. Ni siquiera una carta de la Casa de Contratación coetánea (39) representaba en el Pacífico americano más que la aproximación de Balboa y la apertura de Magallanes. Los carpinteros de ribera hallaron algunos puntos interesantes, uno de los cuales (Acapulco) adquirió una notoriedad extraordinaria, pero la falta de ruta de retorno desde el Oriente a las Indias lo hizo entonces poco útil. La búsqueda de un paso desde el Pacífico al Atlántico fue infructuosa, y el contacto con la Especiería, en aquella época, también fracasó y fue abandonado. Andando el tiempo, hallada la derrota de «tornaviaje» (Urdaneta), Acapulco («el Lugar (38) Ver textos de Juan Camacho y Antonio Galvão; de Antonio de Herrera y Fernández de Navarrete. (39) Como, por ejemplo, la Carta de Turín de 1523, atribuida a Juan Vespucio y, alternativamente, a Nuño García de Toreno. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 87
RHN 141
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