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EJERCITO 929

Galería de tiro descubierta 83 Fundamentalmente estamos hablando de elementos normalizados y preparados de forma específica para el combate. Cascos y chalecos antibalas o antifragmentos/antipunzón. En este último caso, además podemos hablar de la protección extra que proporcionan las placas antibalas. Tanto unos como otros son sometidos a distintas pruebas, que garantizan, desde el momento de la adquisición y durante el resto de su vida útil, que cumplen con unos requisitos mínimos de protección definidos y exigidos por los respectivos Estados Mayores durante su ciclo de vida. En general, la Subdirección General de Sistemas Terrestres del INTA participa en este proceso desde el primer momento en la fase del concurso de adquisición, cuando realiza ensayos de ergonomía y ensayos para determinar capacidades de protección balística en diferentes condiciones ambientales. Los ensayos que se realizan en la SDG SISTTER con el fin de determinar la capacidad de protección balística se dirigen en dos direcciones. La protección balística anti fragmentos y la protección balística antiproyectiles. En cada uno de los casos estamos hablando de que se cumplan al menos los requisitos exigidos por las normas de homologación de cascos y chalecos respectivamente o los requisitos de los cuarteles generales de los Ejércitos. El Área de Ensayos Balísticos y Ambientales (AEBA) del Departamento de Sistemas de Armas y Balística (DSAB) se encuentra acreditada por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) como laboratorio de ensayos para realizar no solo las pruebas balísticas mencionadas, sino también los ensayos ambientales a los que son sometidas las protecciones personales previamente a los ensayos balísticos. Es necesario indicar en este momento que las protecciones personales que utilizan nuestros soldados no solo deben ser efectivas en condiciones normales de temperatura y humedad (21 ºC y 50% Hr), sino en todas aquellas condiciones en las que puede verse envuelto nuestro personal en el desempeño de misiones encomendadas. Por ello, deben comportarse óptimamente en condiciones de alta temperatura (+60 ºC), baja temperatura (-40 ºC), tras inmersión en agua dulce o salada y hasta el final del ciclo de vida, circunstancia que se comprueba sometiendo a las protecciones personales al correspondiente ciclo en el que se combinan temperatura, humedad y radiación solar (ciclo de envejecimiento), y que representa, como hemos indicado, un ciclo de vida «típico» del material.


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