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EJERCITO 929

Estos tres anteriores parámetros se miden en el mismo equipo durante el disparo en los denominados «cañones probeta», que son cañones especiales de cada uno de los calibres que se estén evaluando, con mayor resistencia que los de un arma convencional y con los dispositivos necesarios: sensores, captadores y elementos de toma de señales para determinar los valores explicados anteriormente con un solo disparo. La prueba EPVAT no se realiza solo con un disparo, sino que se realizan diferentes series y a diferentes temperaturas, de manera que no solo evaluaremos la munición en diferentes condiciones ambientales, sino que además en cada una de ellas podremos realizar el correspondiente estudio estadístico. La prueba de funcionamiento en arma automática es otra prueba de funcionamiento real en las armas de dotación en los ejércitos y en las condiciones 82  /  Revista Ejército nº 929 • septiembre 2018 en que van a ser usadas, tiro a tiro o ráfagas, donde se comprueba la correcta interacción entre arma y munición, binomio fundamental de trabajo del material que se está considerando. Para las municiones de calibre medio, se realizan las pruebas descritas hasta ahora, pero debemos tener en cuenta que normalmente disponen de espoleta activa, que puede ser fuente de riesgo durante su manipulación o disparo, y por tanto es necesario que se le realicen pruebas en las que, por ejemplo, se compruebe que no se activa hasta una cierta distancia de seguridad o que el funcionamiento del impacto o de la autodestrucción es correcto. En estos últimos casos, nos aseguramos de que no se queda sembrado el campo de batalla de disparos que no impactaron en el blanco previsto y que, por lo tanto, se pierden. Material para la prueba EPVAT Para realizar estas últimas pruebas no solo son necesarios los equipos técnicos y humanos, sino además un campo de tiro con el tamaño adecuado (hasta 10.000 metros) y zonas de caída de proyectiles para asegurar que las espoletas que fallen permanezcan confinadas en lugar seguro hasta su destrucción. PRUEBAS DE VIGILANCIA DE EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL Cascos de combate, chalecos antibala (9×19 mm y .357 Magnum) y antifragmentos, gafas de seguridad o placas balísticas son protecciones personales que sirven al combatiente para protegerse de las agresiones, reales o potenciales, a las que se ven sometidos los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y Fuerzas Armadas cuando se encuentran realizando cualquier tipo de misión.


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