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VICENTE MONTOJO MONTOJO Y FEDERICO MAESTRE DE SAN JUAN PELEGRÍN Introducción EN 1674 España volvió a entrar en guerra con Francia, donde reinaba Luis XIV, como en 1635-1659 y 1667-1668, pero esta vez para defender a Holanda, su aliado, al mismo tiempo que Inglaterra lo había sido de Francia hasta ese año. Los argelinos, aliados de Turquía, asediaron Orán en 1676, 1681 y 1688, en que estuvieron a punto de tomar el presidio. El socorro realizado desde Cartagena y Murcia fue fundamental para su conservación. En 1688 fue el duque de Veragua, general de las Galeras de España, quien defendió Orán por el tiempo en que la contraofensiva austriaca llegó hasta Belgrado, y sus ojeadores llegaron hasta Vidin, más allá de las Puertas de Hierro, en Bulgaria, y hasta Misch, en el sur de Serbia. Pero la Guerra de la Liga de Augsburgo dio a los turcos un respiro que fue aprovechado: en 1690, recuperaron Misch y Belgrado y restablecieran la influencia otomana en Transilvania, donde Imre Tököli se convirtió en príncipe. Pero aquellas victorias no habían de durar. Con la paz de Ryswick, el gobierno austriaco pudo retirar tropas de Italia para enviarlas al este de Europa. El 29 de agosto de 1697, el príncipe infligió una gran derrota al ejército otomano en Zenta, a orillas de Tisza, en Transilvania. Batalla decisiva, pues por el tratado firmado en Karlowitz en enero de 1699, los turcos cedieron a Leopoldo I la mayor parte de Hungría, incluyendo en ella Transilvania; devolvieron Podolia a Polonia; confirmaron el derecho de los rusos al puerto de Azov, y abandonaron en Venecia la mayor parte de Dalmacia, Morea y las islas del Egeo (PILLORGET, 310). Veinte años antes, en 1676, la Armada francesa obtuvo grandes victorias sobre la de España y la de Holanda en las batallas de Stromboli, Augusta ― donde murió Ruyter, almirante holandés― y Palermo. Las galeras de Nápoles y Sicilia socorrieron a los navíos españoles que fueron dañados o destrozados, como algunas galeras de España, cuya patrona fue incendiada, siendo su patrón José Balfagón, natural de Cartagena, que otorgó obligación y fianza (1). Este año hubo que afrontar los problemas que generó la epidemia de peste de 1676 y 1677, como el aislamiento, que entre otras cosas impidió al concejo de Cartagena ayudar en la reconstrucción de la armada y el reconocimiento de la galera Nuestra Señora de la Almudena, procedente de un tercer socorro a Orán. Además, el Hospital Real de Galeras fue utilizado por el Ayuntamiento desde octubre de 1676 para la curación de los que sufrían el contagio, a pesar de la negativa de las autoridades de Madrid (SAN PÍO, 297/23-4, 26-9, 3 oct. 1676). En estas circunstancias fue cuando se ejecutó a un soldado de galeras que había asesinado a un vecino de Cartagena; no obstante, el Ayuntamiento se quejó mucho ante de la violencia que generaron a veces algunos soldados. (1)  Archivo Histórico Provincial de Murcia (AHPM), Notariado (Not.) 5462, folios (ff.) 233-235, 25 sept. 1681. 36 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 142


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