Page 57

Revista_Ejercito_931

57 beta Descubierta) y por el destacamento del Ejército del Aire ubicados en aquel territorio. Su mando se encomendó al coronel del Ejército de Tierra Eduardo Alarcón Aguirre. «El 1 de octubre de 1968 España creaba el Mando de las Fuerzas Armadas Españolas de Guinea Ecuatorial» La Guardia Territorial se transformó en la Guardia Nacional con motivo de la independencia el 12 de octubre de 1968, y pasó a estar bajo el mando de las autoridades de Guinea Ecuatorial. Sus mandos españoles permanecieron en sus puestos de forma transitoria y sirvieron en el nuevo cuerpo en virtud del convenio firmado entre España y Guinea junto con la declaración de independencia. «La Guardia Territorial se transformó en la Guardia Nacional con motivo de la independencia el 12 de octubre de 1968» LA CRISIS DE LAS BANDERAS3 Desde el día de la independencia, el 12 de octubre, ondeaban tres banderas españolas en Bata: en el acuartelamiento de la Guardia Civil, en la cancillería consular y en la residencia del cónsul general. El 15 de febrero de 1969 el presidente Macías pidió al cónsul español, Jaime Abriquesta, que se limitara el número de banderas en los edificios españoles a una y partió de viaje por el continente. Informado, el embajador Durán-Lóriga (en Santa Isabel) negoció con el ministro Atanasio Ndongo y con el vicepresidente Edmundo Bosío mantener las banderas mientras el Gobierno guineano emitía una norma general para todos los consulados y estos estuvieron de acuerdo. Sin embargo, cuando Macías volvió a Bata, el día 23 de febrero, montó en cólera, convocó al cónsul español y le declaró persona non grata y, a continuación, ordenó a un piquete de su escolta que trepase por la fachada del consulado español y descolgase la bandera española, que posteriormente fue entregada en la residencia del cónsul. El capitán Juan Quijano, en ese momento en Bata y jefe de la Guardia Nacional, lo vivió así: «…Al investigar yo quién había ido a quitar la bandera española y cómo se habían desarrollado los hechos … me declararon también “persona non grata” y me dieron 48 horas para salir del país…»4. Enterado el Gobierno de España del incidente de las banderas, se ordenó por telegrama al embajador actuar de manera enérgica e inmediata. Podía actuarse con las FAE en Guinea, pero había que evitar una crisis internacional con el nuevo Estado y la posibilidad de represalias sangrientas contra los españoles en zonas no protegidas. Con toda la firmeza que fuese necesaria, era preciso buscar una solución negociada5. El día 26 de febrero el embajador fue a Bata a entrevistarse con Macías. Este le recriminó no llevar la ayuda financiera de 500 millones de pesetas y le lanzó una serie de intolerables acusaciones contra la Guardia Civil, contra los oficiales españoles de la Guardia Nacional y contra él mismo. Después de tres tensas reuniones, Macías le declaró persona non grata. El embajador nos cuenta: «…Ante lo que se nos venía encima pensé que nuestro deber principal era evitar una matanza de españoles. Así se lo dije a los oficiales de la Guardia Civil y de la Nacional que vinieron a verme al consulado. Les pedí que explicasen la situación a los españoles que estaban en el bosque y que los protegiesen, escoltando a los que, por sentirse amenazados, marchasen hacia Bata…»6. A continuación el cónsul encomendó al capitán Sevillano la coordinación de la evacuación de los españoles, para ello enviaría cartas a los puestos del interior, excepto a Cogo y Benito, que serían avisados por radio. Macías, enfadado al verle en Bata entrando en el consulado español, le arresta ocho días en su domicilio de Niefang por desplazarse sin permiso. Sevillano, desde su arresto en dicha población, envía las cartas: «…Escribí o mandé aviso verbal a Micomeseng, Bimbiles, Evinayong, Acurenam y Ebebiyin, para que este último lo hiciera a Mongomo y a Nsork. Ebebiyin no pudo recibir a tiempo la misiva, por ser interceptado el correo y el aviso a Evinayong. … En todas las cartas aconsejaba tacto y serenidad, debiendo hacerse la evacuación con la mayor discreción para evitar oposición contraria; indicaba a los oficiales e instructores que no deberían abandonar sus puestos hasta tanto no se les indicara oficialmente...»7. UN DESPLIEGUE CONTROVERTIDO A su regreso a Santa Isabel, Durán ordenó a la Guardia Civil que tomara ciertas medidas precautorias8. La Benemérita ocupó «…puntos estratégicos de Bata y Santa Isabel, de acuerdo con un plan estudiado con anterioridad para proporcionar seguridad en el repliegue y la evacuación del personal…»9. «La orden fue cumplida sin que se produjeran enfrentamientos armados con el personal guineano de la Guardia Nacional»9. Esto originó una fuerte reacción de Macías, que envió telegramas a la ONU acusando de provocador al embajador de España y pronunció un explosivo discurso atacando todo lo español que las radios guineanas estuvieron repitiendo constantemente. La respuesta de Franco fue: «…Estas acciones tienen como único fin asegurar la integridad


Revista_Ejercito_931
To see the actual publication please follow the link above