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TEMAS GENERALES naval. El Reino Unido, que amenazaba con disminuir la importación de carne congelada argentina (20), contaba con el apoyo del importante sector exportador agropecuario, expresado por la Sociedad Rural Argentina; del Gobierno, interesado en la compra de los destructores en Inglaterra, y del embajador argentino en Londres, José Evaristo Uriburu. En contra, la opinión de Galíndez, argumentando que los precios británicos eran excesivos y que las prestaciones de las naves italianas eran equivalentes. Por su parte, Francia contaba con las simpatías de Alvear, deseoso de encargar tres submarinos a los astilleros galos, y del embajador argentino en París, Federico Álvarez de Toledo. El 24 de septiembre el ministro de Relaciones Exteriores y Culto argentino, Ángel Gallardo, trasladaba un telegrama del embajador en España a Domecq. En el mismo se informaba de la disconformidad de Primo de Rivera con la no adquisición de buques en los astilleros españoles. No pensaba el dictador que Italia pudiese financiar la compra argentina e insistía en que España buscaba no un triunfo económico sino moral. Asimismo, se recordaba la compra de maíz argentino por valor de 40 millones de pesetas que España pensaba hacer. Galíndez mostró su disgusto por, a su juicio, el apresurado informe del embajador solicitando «la conveniencia de que habría de que el Gobierno hiciera presente a nuestros representantes en el extranjero que antes de transmitir noticias interesadas (…), como en el caso presente, agoten los recursos que tienen a su alcance para cerciorarse de la exactitud de sus informaciones » (21). Finalizado el trabajo, Domecq García convocó a la Comisión de oficiales y almirantes para estudiar las propuestas y asesorar al Ejecutivo. En los primeros días de febrero de 1927 se envió un resumen de las gestiones realizadas por el jefe de la Comisión Naval al presidente de la República. Se proponía la adquisición de dos cruceros de 6.000 t en Italia, cuatro destructores que podrían ser realizados en el Reino Unido, Francia o Italia, tres submarinos que serían encomendados a Italia y, por último, tres buques hidrográficos encargados al Reino Unido. El Gobierno argentino encargó el 22 de febrero a Italia dos cruceros ligeros de 6.400 t, por un valor de nueve millones de pesos oro, los Almirante Brown y 25 de Mayo, construidos en los astilleros Odero Terni Orlando de Génova, con un diseño basado en el primer tipo de crucero de la Regia Marina que cumplía los requisitos del Tratado de Washington, es decir, la clase Trento (22). En Francia se comprarían tres submarinos de 800/900 t por un valor de 3.600.000 pesos oro con el objetivo de saldar la deuda. Los sumergibles finalmente no fueron realizados en asti- (20) TAMBURINI, Francesco: «Los Tarantinos, 1933-1960». El Snorkel, Buenos Aires, 2009, p. 117. (21) VENTIRINI DI BIASSI, ob. cit. p. 37. (22) «Características de los nuevos cruceros argentinos», en REVISTA GENERAL DE MARINA, tomo C I, 1927, pp. 64-65. 2018 903


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