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mi caballo y mi estandarte, levantad primero este que a mí». La segunda se relaciona con la expedición contra el almirante otomano Barbarroja, conocida como «jornada de Argel», en 1541: «Quedaré muerto en África o entraré vencedor en Túnez». Desde el año 2007 la estatua original que se encontraba en el Palacio Real de Madrid se exhibe en la ampliación de Los Jerónimos del Museo del Prado de la capital. El genial arquitecto tudelano José Rafael Moneo Vallés unió el edificio Villanueva con un complejo formado por la construcción de una nueva planta y el claustro restaurado del antiguo monasterio de san Jerónimo el Real. En 1878, la Academia de Infantería se instaló en el alcázar toledano, pues así parecía exigirlo la tradición después de haberse establecido en la histórica ciudad el colegio militar primero y el de infantería después. Rocroi, el último Tercio. Obra de Federico Ferrer-Dalmau Por último, después de haber pasado de forma provisional por Zaragoza y Guadalajara, en el curso 1948-1949 se inauguró la nueva Academia de Infantería de Toledo, frente a nuestro conocido Alcázar, al otro lado del Tajo y junto al castillo de san Servando, hoy plenamente integrada en la ciudad. HIMNO: DEL AURAS DE GLORIA AL ARDOR GUERRERO O LA FIEL INFANTERÍA Con esa historia, esos hombres y esa academia solo le faltaba a la infantería española tener un himno que acompañase a su patrona, la Inmaculada. Por eso, en 1907, el coronel José Villalba Riquelme (1856- 1944), director de la Academia de Infantería de Toledo, encomienda al cadete Fernando Díaz Giles, uno de los novatos del año 1907, que tenía la carrera de piano antes de ingresar en el Ejército, la composición de la 18  /  Revista Ejército nº 933 • diciembre 2018 música adecuada para la letra Auras de Gloria, escrita un año antes por otro cadete, Ricardo Fernández de Avellano, para ser interpretada por el coro de alumnos. Se estrenó el 8 de diciembre de 1909. Gustó mucho la música y tuvo que repetirla varias veces. Más tarde cantaron el himno todos los cadetes, entre ellos Franco y sus compañeros de promoción, Camilo Alonso Vega, Santiago Amado Lóriga, Manuel Asensio Cabanillas, Emilio Esteban Infantes, Carlos Letamendía Moure, Jesús Manso de Zúñiga, Ricardo Villalba Rubio…, y en la promoción siguiente Muñoz Grandes, entre tantos alumnos que unos años más tarde habían de hacerse famosos. La letra de Auras de Gloria no complace a Díaz Giles, quien dos años más tarde encarga a los hermanos de la Palma del Condado (Huelva), Jorge y José de la Cueva, amigos suyos y famosos letristas andaluces de muchas


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