A la memoria del general auditor don Miguel Ángel Bazaco Ruigómez Su actividad al frente del Tribunal Militar Territorial fue positivamen-te valorada por mandos, subordinados y por el conjunto de la sociedad catalana. Por citar algún ejemplo, podemos referirnos a los convenios de colaboración con la Generalitat de Cataluña, en relación con la apertura de los archivos judiciales militares, que él suscribió siendo presidente del Tri-bunal. Fruto de esta colaboración fue la publicación, en octubre de 1999, en edición facsímil, del consejo de guerra que se celebró en 1940 contra Lluís Companys. En la introducción del libro, realizada por el entonces presidente de la Generalitat Jordi Pujol, se hacía referencia a la leal cola-boración del Tribunal Militar Tercero, la cual, en su opinión, expresaba «el sentir de las Fuerzas Armadas de la actual democracia». Con esas palabras, aunque sin citarlo expresamente, se estaba aludiendo al entonces coronel Bazaco. Otro caso, digno de ser mencionado, fue su actuación como po-nente en el llamado caso Miravete, el célebre sargento que, en situación de ebriedad, había matado a un cabo en la Brigada de Montaña de Huesca. En unas circunstancias en las que el servicio militar obligatorio en España estaba siendo puesto en cuestión, el caso Miravete se convirtió, especial-mente en Cataluña, en el detonante de campañas antimilitaristas y movili-zaciones de insumisos. El ponente de la sentencia fue el entonces coronel Bazaco, que supo plasmar en ella su saber jurídico, por lo que contribuyó a que los ánimos se apaciguaran. Pese a un periodo de incertidumbre, en abril de 2005, el ministro de Defensa don José Bono, en reconocimiento de su brillante trayectoria pro-fesional, propuso al Consejo de Ministros el ascenso a general auditor de don Miguel Ángel Bazaco Ruigómez. Fue destinado como vocal togado del Tribunal Militar Central, destino en el que permaneció hasta el año 2009. Al decir de muchos compañeros, los años pasados en el Tribunal Militar Central fueron para el general Bazaco años tranquilos y de plenitud personal y profesional. Hombre de amena conversación y amante de la cultura, a la par que celoso de su intimidad, le gustaba viajar y perderse en las ciudades que solía observar tras el ojo de su cámara fotográfica. Tras su pase a la situación de retiro, y aunque siguió manteniendo su domicilio en Barcelona, pasó largas temporadas en Londres y en San Petersburgo. A mediados de 2017, ya enfermo, se retiró con su familia a Santander, donde murió el 3 de enero de 2018. Revista Española de Derecho Militar. Núm. 108, julio-diciembre 2017 15
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