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146 ANTONIO CARLOS CAMPO LÓPEZ vientos cambiantes en estas aguas, su labor de escolta y guardia de estas islas salvó de ser apresadas a muchas embarcaciones españolas. La alta mortalidad de los remeros, la llamada chusma, (el conjunto de esclavos y presos que po-sibilitan la navegación de la galera) por las duras condiciones de vida a la que eran sometidas, fue el gran problema a afrontar por las autoridades españolas. Hubo momentos, cuando la flota iba integrando por galeones de guerra, en que se decidió ir directamente al ataque contra las naves apostadas a la entrada de Ternate. En 1633 el gobernador de Filipinas Cerezo de Salamanca ante la pérdida de naves en años anteriores, dio la orden que el socorro fuese siempre escoltado por 2 naves de guerra, cada una con una compañía de infan-tería (que hacía también el relevo a dos de las que servían en Molucas20). Fue el origen de grandes batallas marítimas, la mayor la de 1634, batalla de más de ocho horas cuya victoria se celebró con una procesión en Manila. Además de los enfrentamientos marítimos, también documentamos ataques por tierra. Desde los fuertes españolas salieron ataques contra las posiciones enemigas, documentamos varios ataques sobre el Rosado (la pra-dera exterior a la muralla del fuerte Malayo), que constituyen antecedentes del gran ataque de 1649. Como vimos anteriormente el primero se produjo poco después de la fundación del fuerte. El 14 de junio de 1607 los españo-les con la intención de expulsar a los holandeses de Ternate, protagonizaron un gran ataque partiendo por la noche de Nuestra Señora del Rosario, ata-caron al amanecer el fuerte Malayo (en la documentación española el con-tingente lo formaron 180 españoles al mando del maestro de campo Lucas de Vergara)21. Perdida la ocasión de expulsar a los holandeses, en los años posteriores el fuerte Malayo se convirtió en la base del poder neerlandés de las Molucas con un buen recinto amurallado y defensa de artillería. Aunque la falta de medios impedía a los españoles afrontar un asedio, se realizaron varios ataques sobre los exteriores de las murallas, que aprovechando el factor sorpresa y la cercanía de los fuertes españoles, buscaban infringir el mayor número de bajas posibles. Documentamos varios ataques de las fuer-zas españoles sobre los exteriores del fuerte Malayo. Un primero en 1627 al mando del sargento mayor Pedro Palomino22, y un segundo intento en 1633 cuando tras dos días emboscados en las afue-ras del Malayo, un grupo de 70 españoles (50 procedentes de Rosario y 20 20  AGI, FILIPINAS, 8, R.2, N.22. “Carta de Cerezo Salamanca sobre materias de guerra” de fecha 14 de agosto de 1633. 21  AGI, FILIPINAS, 47, N.38. “Confirmación de encomienda de Albay, etc.” de fecha 21 de mayo de 1620. 22  AGI, FILIPINAS, 54, N.17. “Confirmación de encomienda de Narvacan, etc.” de fecha 14 de noviembre de 1679. Revista de Historia Militar, 124 (2018), pp. 146-160. ISSN: 0482-5748


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