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LA ÚLTIMA BATALLA DE LA GUERRA DE LOS 80 AÑOS… 145 En los años previos a la batalla las flotas holandesas atacaron Manila esta en cuatro ocasiones (1645, 1646, 1647 y 164819). De ahí el valor de la fuerzas españolas en las Molucas, pese a las quejas de muchos de los gobernadores de Manila por el gran gasto en su mantenimiento, actuaban como parapeto o elemento de distracción de unas escuadras enemigas, muy bien organizadas y pertrechadas desde Batavia. La superioridad marítima holandesa, con la presencia habitual de varios galeones fondeados en el puerto de Talangame, les confería una superioridad naval en las aguas de las islas Molucas. Con el objetivo de impedir la llegada de recursos a los fuertes españoles perma-necían atentos a la captura de las embarcaciones españoles. El momento clave del año eran los meses de enero a marzo, cuando hacía entrada la flota procedente de Manila cargada con el armamento, viveros y sueldos indis-pensables para el mantenimientos de las fuerzas españolas. Los españoles pusieron en práctica diferentes maniobras para evitar el peligro holandés. La más utilizada fue la táctica de distracción: en el mo-mento de entrar en la isla de Ternate, la nave más poderosa se adelantaba para hacer frente a las naos holandesas mientras el resto de la flota (embar-caciones de menor tamaño) aprovechaban para intentar entrar directamente Revista de Historia Militar, 124 (2018), pp. 145-160. ISSN: 0482-5748 en la barra del Rosario. Imagen 1. Vista de la isla de Tidore desde Ternate Otra táctica fue la dispersión: aprovechando la existencia de fuertes en Tidore, especialmente el puerto del Rumen (guarnecido por la artillería del fuerte español de San Lucas) dividían la entrada entre las islas de Ternate y Ti-dore. En ambas situaciones, la galera a remo que los españoles solían disponer en estas islas era de gran importancia. Por su capacidad para contrarrestar los 19  MARTÍNEZ SHAW, Carlos: “El imperio colonial español y la República Holandesa tras la Paz de Münster” en Pedralbes: Revista d’historia moderna, nº 19, 1999, pág. 122.


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