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UNA CRÓNICA DE LA RETAGUARDIA DE LA GRAN ARMADA. LEYVA, RECALDE... y 300 remeros (forzados en la mayoría de los casos). Estaban artillados con 50 cañones. De Plymouth a Calais. Tensión en la cadena de mando (9) Al amanecer del 29 de julio, la Gran Armada avistó la costa inglesa. Medina Sidonia ordenó detener la marcha para reunir a los barcos rezagados y celebrar consejo de guerra. La armada podía contar con una importante ventaja en ese momento. La flota de Drake, cuya misión era detener a la esperada flota española cuando se acercase al Canal, había vuelto al puerto de Plymouth para reabastecerse, tras haber patrullado en el mar sin cruzarse con la armada y haber consumido sus provisiones (10). En el mencionado consejo, Leyva y Recalde propugnaron iniciar un ataque a Plymouth, a pesar de que esto no se contemplara en el plan inicial (11), para sorprender a los barcos ingleses. Pero Medina Sidonia, con el asentimiento de la mayoría de los capitanes, y apelando a que no eran esas las órdenes dictadas por Felipe II (12), optó por plegar velas durante la noche e iniciar la travesía por el canal de la Mancha al día siguiente. El ataque hubiera sorprendido a los ingleses, y así se refleja en la carta del almirante Howard a Walsingham, el secretario de Isabel I, del día 31 (13): «El viernes en Plymouth recibí información de que se había avistado un gran número de navíos en las inmediaciones de Lizard, por lo que, aunque el viento era escaso, empezamos a sacar los barcos del puerto remolcándolos aquella noche, y el sábado los sacamos con muchas dificultades por ser el viento del sudoeste, y sobre las tres de la tarde descubrimos a la armada española e hicimos lo que pudimos para barloventear, que para esa mañana lo habíamos ganado…». La flota inglesa no solo había conseguido salir indemne del puerto, sino que, además, había ganado el barlovento a la armada, por lo que a partir de ese instante podía comenzar a hostigarla y empujarla hacia los bancos de arena a sotavento. Howard rodeó por el sur y comenzó un ataque al centro de (9)  El punto de vista acerca de la estrategia a seguir de Juan Martínez de Recalde y Leyva fue contrario en la mayoría de las ocasiones al defendido por Medina Sidonia. PARKER, Geoffrey: «El testamento político de Juan Martínez de Recalde», en Revista de Historia Naval, núm. 60, pp. 15-17. (10)  La batalla del Mar Océano, vol. IV, t. IV, doc. 6814, pp. 224-225. (11)  Esta posibilidad había quedado a criterio del duque de Parma y del de Medina Sidonia. CEREZO MARTÍNEZ, R.: Las Armadas de Felipe II. San Martín, Madrid, 1989, p. 326. (12)  FERNÁNDEZ DURO, Cesáreo: La Armada Invencible, t. II. Real Academia de la Historia, Madrid, 1885, p. 9. Es interesante leer la orden del rey tal y como aparece en el texto mencionado, ya que su interpretación es discutible en mi opinión; una cosa es buscar al enemigo y otra encontrarlo en inferioridad. (13)  La batalla del Mar Océano, vol. IV, t. III, doc. 5947, p. 280. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 13


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