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LUIS NEGRO MARCO más de guerra por mar y tierra contra la expansión otomana,. Opinión bien fundamentada si se tiene en cuenta que el propio Sokollu Mehemed Sokolli, el gran visir turco, conversando con el baile veneciano Marco Antonio Barbaro, le había argumentado que los turcos, arrebatando a Venecia la isla de Chipre, habían cortado un brazo a la Liga cristiana. Por el contrario, los cristianos, al destruir la flota de los turcos en Lepanto, solo les habían rasurado la barba. La diferencia fundamental entre ambos acontecimientos, según el visir, estribaba en que «vuestro brazo no podrá volver a crecer y nuestra barba sí» (27). Parecía claro por tanto que la Liga cristiana debía permanecer unida y activa en el Mediterráneo, pero las potencias implicadas (Estados Pontificios, España y la república de Venecia) tenían intereses contrapuestos. Los venecianos consideraban prioritario asegurar sus rutas de comercio terrestre a través de Oriente Próximo y Asia, así como el control de las plazas a lo largo de toda la costa adriática, para garantizar la navegación de sus naves por el Mediterráneo. Mientras que, para España, el objetivo primordial era el control de Túnez y Argelia, para mantener alejados de las costas españolas a los barcos corsarios. Al mismo tiempo, la desaparición de la amenaza otomana proporcionaba una tranquilidad añadida a la flota española que hacía la navegación atlántica hacia los territorios hispanos de América. De manera que, ante la divergencia de objetivos, el Señorío de Venecia decidió unilateralmente entablar negociaciones con la Sublime Puerta, comisionando a tal efecto al embajador de Francia en Constantinopla. Las conversaciones llegaron a buen puerto y el 7 de marzo de 1573 se alcanzó el acuerdo de paz entre Venecia y Turquía. En virtud del tratado, la república de Venecia se obligaba a pagar a los turcos 30.000 ducados a título de indemnización de gastos de guerra, y por la isla de Zante, un tributo anual de 1.500 ducados, en lugar de los quinientos que pagaba anteriormente a Turquía. Asimismo, el sultán Selim II liberó a los venecianos del pago que, a título de soberanía de la isla de Chipre, recibía de ellos antes de la conquista. En cuanto a los territorios de Dalmacia y Albania, pasaban estos a regirse por el statu quo anterior a la batalla de Lepanto. Finalmente, las mercancías apresadas por ambas partes (venecianos y turcos) debían ser mutuamente restituidas. Camilo de Lelis, soldado de España Desde los primeros días de 1574 se tuvo noticia de que los turcos se estaban aprovisionando de armamento y se disponían a atacar Túnez (28), (27)  CAPPONI, Niccolò: Lepanto, 1571: La Lega Santa contro l´Impero Ottomano. Il Saggiatore S.P.A, Milán, 2010. (28)  La ciudad de Túnez había sido ocupada por el corsario Barbarroja en 1534, y al año siguiente, reconquistada para España por el emperador Carlos V. Sinán Bajá la sometería de nuevo a Constantinopla en 1574. 86 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 143


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