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TEMAS PROFESIONALES ganado o igualado cada una de las grandes guerras de la historia moderna, ya que un poder naval superior permite que un estado o coalición dependiente del mar, en su prosecución de la victoria, pueda prolongar el conflicto en el tiempo. Sin embargo, una potencia marítima dependiente del mar que busque evitar la batalla en él, se arriesga a perder la guerra al ceder la iniciativa en ese medio al enemigo. Por otra parte, desde la óptica contraria, una potencia continental puede ganar la guerra frente a una marítima siempre que sea capaz de ejercer un control negativo del mar, aspecto que no ha sido alcanzado en la era moderna. Otra estrategia posible para un poder continental con una gran fuerza naval es evitar que se desarrolle la batalla en la mar; pero si esa fuerza naval no es competitiva en el combate, su única estrategia posible es rehuirlo; lo que nunca deberá asumir es que la orilla del mar signifique el límite de su competencia militar. Tras la reflexión del profesor Gray, el comandante recordó que Dudley W. Knox había sentenciado, en su libro The Naval Genius of George Washington, que la más alta confirmación del estratega naval es el calado de su comprensión sobre la íntima relación que existe entre poder naval y poder terrestre, y la realidad de que todo esfuerzo en el mar debe dirigirse a obtener un beneficio en tierra. Conclusiones El tañir de la campana al picar la hora devolvió a nuestro guardiamarina a la realidad... En unos minutos debía volver a cubierta. Sin embargo, no quiso dejar de plasmar en su cuaderno de notas los pensamientos que venían a su cabeza como si hubiese mantenido una conversación con los grandes pensadores navales, una conversación «como las de verdad». Tenía claro que la estrategia hoy en día era más un método de pensamiento de carácter visionario que un modo de actuación, con una forma más aspiracional que pragmática e inmediata. Además, para establecer un punto de partida en el pensamiento estratégico naval era necesario establecer una clara diferenciación no solo entre la visión a largo plazo, sino también en el reconocimiento de que la estrategia debía esforzarse por ser coherente y duradera. Por otra parte, al enfrentar las teorías en su marco histórico, comprendió que las potencias marítimas han perseguido siempre el mismo objetivo estratégico: la preservación de los intereses históricos ligados al ejercicio de la libertad de los mares, es decir, la libre circulación de bienes y personas, el libre despliegue de fuerzas navales, el libre acceso a sus territorios de ultramar y la libre explotación de los recursos marinos. 2019 133


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