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HISTORIAS DE LA MAR capitán le instruyó sobre sus intenciones; haciendo de tripas corazón Riehm insinuó que esperaba que el BVS no estuviera equivocado, porque en otra previsión el viento se acercaba más a los 85 nudos que a los 50. Davidson le tranquilizó (we’ll be passing clear on the backside of it... the faster we’re goin’ the better) y, antes de retirarse con el 1er oficial a las 1959, le largó un clásico if you see anything you don’t like... give me a shout. Más tarde el 3.er oficial compartiría con el timonel sus inquietudes, incluyendo el temor de estar siendo un alarmista; también puntualizó que no pretendía desautorizar a un capitán que se había enfrentado a situaciones peores. Riehm tenía 46 años y licencia de 3.er oficial, pero no era un oficial «de academia», sino promocionado «desde abajo» tras una serie de cursos y exámenes que, según Slade, le habían supuesto un gran esfuerzo y desanimado a seguir estudiando. Sus informes eran excelentes, y me da en la nariz que era un «montaguardias» muy fiable, pero con cierta vocación de invisibilidad: para su desazón a las 22:53 llegó un aviso del NHC «de infarto», y Riehm tuvo que hacerse «visible », o al menos «audible». A las 23:05 el 3.er oficial descolgó el teléfono y, por dos veces, sugirió al capitán que subiera a echar un vistazo al meteo que acaba de recibir (uhhh, thought you might wanna take a look at it); Davidson le obligó a explicárselo, y a las 23:07 Riehm colgó prometiendo volver a llamar en cuanto calculara unos datos, cosa que hizo a las 23:13. Esta vez no había ambigüedades: a las 04:00 estarían a 22 millas del ojo, con vientos de 100 nudos, rachas de 120 y arreciando; Riehm recordó al capitán que a las 02:00 podrían escapar hacia el S (por el paso de Crooked Island), le sugirió de nuevo que subiera y finalizó con un you are welcome. El capitán no subió, y la conversación posterior entre el 3.er oficial y el marinero (He seems to think that we’ll be south of it by then, so the winds won’t be an issue) permite deducir que, para Davidson, el viento no sería un problema porque les empujaría; el marinero demostró más sentido común (no matter which way it’s hittin’ya, still hundred knot winds) y empezó a hacer comentarios sobre chalecos salvavidas. A las 23:45 apareció la 2.º oficial para relevar a Riehm, que la puso al corriente e hizo mutis a las 00:01; a esa hora San Salvador estaba unas 22 millas por la amura de Br y, sabiamente, Danielle empezó a preparar una ruta de escape hacia el S. Aunque ya se acercaban a la zona de chubascos el buque seguía navegando a 20 nudos, sin apenas viento aparente ni balance. A las 00:59 la 2.º oficial manifestó su intención de llamar al capitán en breve si no subía, y a la 01:20, con San Salvador ya a popa del través y cuatro minutos antes del cambio de rumbo a Br ordenado le llamó por teléfono. Davidson debía estar profundamente dormido, porque tardó en contestar: durante un minuto y cuatro segundos Danielle le actualizó la situación («Joaquín» ya había alcanzado categoría 3) y le dijo que tenía listo un plan para, a las 0200, caer a Er y escapar hacia el S, pero el capitán la ordenó caer a Br, como estaba previsto, y a la 01:22 la 2.º oficial colgó con un formal okay, thank you. Cinco segundos después emitió un atronador hoold on to your ass, seguido de una carcajada, 2019 67


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