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TEMAS PROFESIONALES años 80 se contrató en Francia una serie de cuatro fragatas del tipo F-2000 (115 x 12; 2.800 Tpc; 30 n) que serían, a la sazón, las más poderosas de la Marina de Guerra saudí en los siguientes 20 años y que en la actualidad están cubriendo sus últimos períodos de servicio. A principios del siglo XXI fueron complementadas por tres fragatas F-3000/La Fayette (133 x 17; 4.800 Tpc; 24 n), ligeramente modificadas (y agrandadas) respecto al original galo. Buques, en realidad, relativamente modestos, máxime si están llamados a desempeñar el rol de capital ship. Llama la atención que se trata, hasta el día de hoy, de las únicas unidades dotadas de misiles antiaéreos (SAM), además de los otros sistemas habituales (artillería de doble uso, misiles antibuque, sonares de casco y VDS, más torpedos antisubmarinos y helicóptero embarcado). También es significativo que las F-2000 solo disponen del sistema de corto alcance Crotale (menos de 10 km, con 24 misiles por fragata), mientras que las F-3000 ya incorporan el Aster 15, de 30 km de alcance máximo, pero en un número que sigue siendo muy reducido (16 por buque). Dicho con otras palabras, la Marina de Guerra saudí estaba pensada para operar en aguas próximas a la costa, contando con superioridad aérea, de modo que en caso de un enfrentamiento a gran escala con vecinos como Irán pudiera ser defendida por los cazabombarderos de su Ejército del Aire. En la práctica, era poco más que una versión —incluso exacerbada— de la vieja (e infausta) doctrina mussoliniana (aunque la idea venía de Italo Balbo) (12), según la cual hay Estados que son, en sí mismos, como inmensos portaviones extendidos en el mar. En todo caso, la viabilidad que pudiera tener ese argumento depende del punto débil de las FF. AA. iraníes; a saber, la obsolescencia de su añeja flota de F-4, la dificultad para mantener una línea de vuelo significativa de F-14, así como el escaso número de Su-24 (12 aparatos) y la poca idoneidad para el ataque a objetivos de superficie de sus Mig-29 (25 aparatos) y de sus J-7 (35) recibidos a lo largo de los últimos lustros. Aunque, a su vez, ese aspecto ha sido compensado en parte —al menos en lo que se refiere a las misiones de bombardeo— por la proliferación de misiles de crucero, como los Shahab/Ghadr. Lo que sí se ha venido cuidando algo más por parte saudí es la guerra antisubmarina (ASW) y la capacidad de combate de superficie (ASUW), a partir de buques de menor porte, bien adaptados a las aguas interiores del mar Rojo y del golfo Pérsico. Es el caso de las cuatro corbetas Badr (75 x 9,6 m; 1.050 Tpc; 30 n) y de los nueve patrulleros Al Siddiq (59 x 8; 490 Tpc; 34 n) (13). Todos (12) En la versión italiana, fue la excusa para no construir portaviones en plena Segunda Guerra Mundial. En el caso de Arabia se había llegado al extremo de minimizar la capacidad de defensa de punto y a negar la de zona por parte de sus buques de guerra. (13) Estos buques van a ser sustituidos por otros de similar porte y armamento, del tipo La Combattante III, de los que ya hay tres contratados. 526 Abril


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