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EL SUBINSPECTOR MÉDICO DE PRIMERA DON NICASIO DE LANDA Y ÁLVAREZ DE CARVALLO, COFUNDADOR Y PRIMER INSPECTOR GENERAL DE LA CRUZ ROJA ESPAÑOLA Cuando en abril de  1891 una bronconeumonía termina con la vida de don Nicasio, Pamplona, donde nació y murió nuestro compañero, perdió a uno de sus hombres más ilustres y el Cuerpo de Sanidad Militar arrebató para su historia a uno de sus mejores hombres del siglo xix: austero cumplidor de su deber, profesional inquieto, culto escritor romántico, filántropo católico, euskaro orgulloso y cofundador de la Cruz Roja española. Los primeros pasos del camino que habría de seguir toda su vida los da el joven Nicasio cuando, instado por su padre a estudiar Medicina, marcha a Madrid, donde obtiene la correspondiente licenciatura en 1854. Al año siguiente una epidemia de cólera asola Navarra, lo que da pábulo a que el novel facultativo comience a demostrar su abnegación y generosidad: durante más de un año se entrega a ayudar a los enfermos (apestados, como se les llamaba entonces) 84  /  Revista Ejército n.º 937 • mayo 2019 y a luchar contra la extendida enfermedad sin más retribución que la satisfacción de su conciencia, hasta que Pamplona, Tafalla y Sangüesa, admirados sus ayuntamientos por su dedicación, se aprestan a reclamarle y ofrecerle justa retribución. Los premios empiezan a hacer acto de presencia: el 1 de noviembre de 1855 el jefe de Sanidad Militar de Navarra le nombra médico auxiliar (civil) del batallón 1.º del Regimiento de Infantería de Extremadura número 16, cargo que desempeña hasta el 15  de septiembre de 1856. Y aprovecha el paréntesis que se le abre para presentar su tesis doctoral, en la que incluye su experiencia en la epidemia de cólera, lo que determina que su padrino, el doctor Mata, elogie su espíritu de sacrificio y desprecio del riesgo. Consigue, en fin, brillantemente, la aprobación unánime del claustro de la Universidad de Madrid el 7 de octubre de 1856. El 15 de diciembre de 1856 es nombrado, previa oposición, médico de entrada del Cuerpo de Sanidad Militar. Ha dado el primer paso de la que iba a ser una fructífera carrera. CARRERA MILITAR En variadas guarniciones sirvió y, dentro de su cuerpo, no pocas comisiones desempeñó, incluida la de su envío a Canarias (adonde le correspondió ir mediante sorteo) para ayudar a limitar y sofocar una epidemia de fiebre amarilla que azotaba Tenerife. Allí siguió mostrando su profunda abnegación religiosa desde su llegada a Santa Cruz de Tenerife, el 2  de febrero de 1863, hasta el 15 de mayo, fecha en que quedó dominada la temida enfermedad. De su paso por la isla nos daría cuenta en su Viaje a Canarias, la exótica tierra española. Aquel mismo año sería distinguido con una nueva comisión, que pronto le abriría otros caminos por donde seguir alentando y realizando sus filantrópicas inclinaciones. Por Real Orden de 2 de octubre de 1863 se le comisiona para representa a España en la Conferencia Internacional de Ginebra (preparatoria del I Convenio de Ginebra, que se formalizó al año José Ramón Navarro Carballo Coronel. Cuerpo Militar de Sanidad (Medicina) (R)


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